CAMALEÓN, la estrategia que busca salvar vidas frente a la enfermedad cerebrovascular

Toluca, Méx.– La enfermedad cerebrovascular, conocida popularmente como embolia o derrame cerebral, es uno de los principales problemas de salud pública en México y en el mundo. Se trata de una enfermedad frecuente, mortal y altamente discapacitante que, pese a su gravedad, puede prevenirse en la mayoría de los casos y, cuando ocurre, puede tratarse si se reconoce a tiempo. Así lo afirmó la doctora Vanessa Cano Nigenda, Jefa de la Clínica de Enfermedad Vascular del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”.

En entrevista para El Valle, la especialista explicó que la enfermedad cerebrovascular se origina por alteraciones en los vasos sanguíneos del cerebro y se divide en dos grandes grupos: el infarto cerebral o embolia, que representa entre el 70 y 80 por ciento de los casos, y la hemorragia cerebral o derrame. “Es una enfermedad catastrófica. Se estima que uno de cada cuatro adultos está en riesgo de padecerla en algún momento de su vida”, señaló.

Informó que en México, se calculan alrededor de 170 mil nuevos casos cada año, mientras que a nivel mundial más de 101 millones de personas viven con esta patología. Además, es la primera causa de discapacidad en el mundo y la segunda causa de muerte, solo después del infarto agudo al miocardio.
La doctora Cano Nigenda destacó que los principales factores de riesgo son problemas del corazón, hipertensión arterial y diabetes descontroladas, obesidad, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, síndrome de apnea del sueño, mala alimentación y falta de ejercicio. “Lo más importante es que alrededor del 90 por ciento de los factores de riesgo son prevenibles. Es decir, la mayoría de los eventos cerebrovasculares se podrían evitar con hábitos saludables y control médico adecuado”, enfatizó.

No obstante, cuando la prevención no fue suficiente, el tiempo se convierte en el factor decisivo. El infarto cerebral es una urgencia médica en la que los especialistas cuentan con apenas unas horas para actuar. Por ello, la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia implementó la estrategia preventiva y de detección temprana CAMALEÓN, un acrónimo diseñado para que la población identifique rápidamente los síntomas y actúe de inmediato:
CA: Cara colgada
MA: Mano pesada
LE: Lengua trabada
ÓN: ¡Llama al 911!
La aparición súbita de cualquiera de estos signos puede indicar que una persona está sufriendo un evento vascular cerebral. “Si se tapa un vaso del cerebro, tenemos solo 4.5 horas para administrar un medicamento intravenoso que permita destaparlo y evitar que el paciente muera o quede con una discapacidad grave”, explicó.

La especialista alertó que, con frecuencia, los síntomas se minimizan o se confunden con cansancio, lo que retrasa la atención médica, sin embargo, las consecuencias pueden ser devastadoras como la pérdida del habla, imposibilidad para caminar, dependencia total para actividades básicas y, en muchos casos, la muerte. “Un paciente que minutos antes era completamente funcional puede quedar discapacitado de por vida si no se actúa a tiempo”, subrayó.

Contrario a la creencia de que se trata de una enfermedad exclusiva de adultos mayores, la doctora Cano Nigenda advirtió que más del 60 por ciento de los infartos cerebrales ocurren en personas menores de 60 años. Cada vez se registran más casos en pacientes de 40 o 50 años, e incluso más jóvenes, debido al aumento de enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión desde edades tempranas.
Explicó que cuando el paciente llega a tiempo al hospital, existen tratamientos altamente efectivos, como la trombólisis intravenosa para disolver el coágulo o la trombectomía mecánica, un procedimiento especializado para extraerlo directamente. Estas intervenciones incrementan de manera significativa la posibilidad de recuperación y reducen las secuelas.

La doctora insistió en que, ante cualquier sospecha, se debe acudir de inmediato al servicio de urgencias más cercano, sin perder tiempo en traslados innecesarios. Posteriormente, el paciente requerirá rehabilitación y estudios para identificar la causa del evento y prevenir recurrencias, ya que después de un infarto cerebral el riesgo de uno nuevo es mayor.

Reconoció que aunque la estrategia CAMALEÓN ha comenzado a difundirse mediante campañas en espacios públicos, medios de transporte como el Metro de la CDMX y actividades comunitarias, como carreras con causa y jornadas informativas, aún falta mayor alcance, especialmente en comunidades apartadas. “Necesitamos que más personas conozcan esta estrategia, porque saber reconocer los síntomas puede marcar la diferencia entre la vida, la muerte o una discapacidad permanente”, afirmó.
Finalmente, la doctora Vanessa Cano Nigenda reiteró que la enfermedad cerebrovascular es prevenible en gran medida, tratable si se actúa con rapidez y manejable a largo plazo con seguimiento médico. “Informarse, cuidar la salud y reaccionar a tiempo salva vidas”, concluyó.

La Dra. Cano Nigenda es especialista en Medicina Interna y Neurología, con alta especialidad en Enfermedad Vascular Cerebral. Actualmente es Jefa de la Clínica de Enfermedad Vascular del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”, integrante del Sistema Nacional de Investigadores y miembro activo de diversas organizaciones nacionales e internacionales dedicadas al estudio y atención del ictus.

Para más información sobre la estrategia CAMALEÓN y la enfermedad cerebrovascular, se puede consultar el sitio www.estrategiacamaleon.com.mx, así como las redes sociales del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, o escribir al correo [email protected].