EL LADO OSCURO DE MÉXICO QUE NO SE QUIERE VER
- Sergio Garza Gutiérrez
- 6 marzo, 2019
- Columnas
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Mientras nos mantienen envenenados en los medios de comunicación y en las redes sociales con toda esas distracciones, no vemos las crudas realidades de que sin duda ya debo de tenerlos a ustedes mis ilustres lectores hasta el copete, pero tiene el motivo de que algún día el pueblo mexicano despierte, y no solo unos cuantos, sino la inmensa mayoría y poner un hasta aquí a lo que verdaderamente está sucediendo.
Ojalá algún día despertemos con eso de que no es posible que vivamos en la miseria los mexicanos, que más de 55 por ciento de la población, que son más de sesenta millones de pobres, de los cuales viven veinte millones de este margen poblacional en lo que se puede denominar como pobreza extrema, los cánones internacionales la definen a la pobreza extrema como aquella en la que la gente, los trabajadores no pueden ganar ni dos dólares al día de salario, o sea menos de cuarenta pesos, y si, en México veinte millones de personas no perciben ni ese recurso, y con ello deben de mantener a una familia que en promedio es en nuestra nación de cuatro personas, esposo, esposa y dos hijos, algo que es totalmente inaceptable e imposible, pero así las cosas.
Y claro que hay que tener los dos lados de la moneda, si vivimos en un país que no puede más de la mitad de la población salir de estos niveles, significaría que somos un país tercermundista, un país jodido en pocas palabras, y bueno, no seríamos el único en esas condiciones, pero desgraciadamente si nos quitamos las vendas veremos que no es así, ya que nos damos el lujo de pagar sueldazos a diputados federales, los locales y senadores, así como a los alcaldes que al final de cuentas aunque tienen topes salariales, ellos se imponen lo que quieren ganar, a unos magistrados que se dice se les tiene que pagar mucho de una forma idiota para que no caigan en corrupción, acción estúpida, cuando si cayesen en ello deberían de ser sentenciados a prisión vitalicia o como antaño fusilados y punto, nadie caería en corruptelas, pero no se llenarían las bolsas con dinero de los mexicanos que se encuentran carentes en este país de lo elemental.
Y bueno que decir de nuestro prístino y transparente sistema electoral, que no es otra cosa más que un burdo circo de tres pistas, un bodrio que debería de ser insostenible pero agachones como somos desde hace 500 años que llegaron los españoles y los satánicos curas católicos, nos doblaron el lomo y nos hacen sumisos y “sus mensos” y aceptamos.
Este pasado párrafo lo cito porque las elecciones que se celebraron el pasado 1 de julio las pagamos nosotros, todos los jodidos mexicanos, no los organismos electorales ni los partidos ni los candidatos, sino nosotros y si no como ejemplo basta un botón, saben ustedes de que dichas elecciones en las que eligieron al Presidente de la República, Diputados Federales Senadores eso en todo el país y en 30 entidades a diputados locales y presidentes municipales y de ellos a 8 gobernadores, nos costaron 31 mil millones de pesos, o sea más sencillo Treinta y un Mil de a Millón, en un país miserable, sin calidad de vida, con una inseguridad que va a la alza, con pésimos recursos a educación y un crecimiento nulo de empleos que satisfagan la demanda de los mismos, es totalmente inconcebible que no nos importe como se gastan los recursos, cuando hay instancias de salud pública en la que los propios médicos y enfermeras no pueden atender a enfermos por falta de medicamentos y cientos de miles mueren por esa causa simple y sencillamente, pero eso sí, vimos viendo a los candidatos que ni capacitados estaban y la gran mayoría que ni conocemos y en sus atriles, sus curules y sus sillas vivirán a nuestras costillas como reyes, eso no es para nada parejo.
Ya vimos las bondades en las que vive un círculo pequeñísimo de gente, que es la que nos gobierna a todos los borregos, ahora veamos el otro lado de la moneda, de ese porcentaje de población que no puede comprar la canasta alimentaria con su ingreso laboral se elevó en un año, al pasar de 40 a 41.8 por ciento como lo reportó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y preciso de esta forma, no es algo que yo esté inventando, son cifras de instituciones, para que después no me digan pesimista.
Este estudio llamado Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), explicó que el ingreso laboral per cápita mostró una disminución real de 2.1 por ciento entre el tercer trimestre de 2018.
El ingreso per cápita proveniente del trabajo de los integrantes del hogar pasó de un promedio de mil 729 pesos a mil 693 en ese periodo.
Pero bajos los sueldos y aumento de los productos hasta de los llamados la “canasta básica”, que son los indispensables es totalmente exponencial ya que el incremento de los precios este año se refleja en un aumento del valor de la línea de bienestar mínimo o costo de la canasta alimentaria, con una consecuente disminución del poder adquisitivo del ingreso laboral, en el ámbito urbano, el ITLP mostró un aumento trimestral de 4.1 por ciento y un incremento anual de 4.2, de la misma forma este informe acota que el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior a la línea de bienestar mínimo se incrementó de 53.7 por ciento a 56.3 por en zonas rurales y de 35.4 por ciento a 36.9 en zonas urbanas, o sea a la alza la pobreza y por otro lado los precios, cada vez más inalcanzables, siendo en 25 de las treinta y dos entidades con que cuenta nuestro grande y a su vez pobre México; HASTA AQUÍ MIS LINEAS…
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