¿Quién se quedó las AFORES?
- Elva María Maya Marquez
- 7 mayo, 2024
- Columnas
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Si hay un tema al que los medios de comunicación de manera reciente le han dado vuelo, es al de las Afores, unos con mayor precisión, fundamentación y responsabilidad, pero otros, no tanto, hay de todo, pero recordar que los medios de comunicación también tienen sus intereses, una agenda que impulsar y temas donde la consigna principal no es necesariamente informar a la sociedad y sus audiencias sobre temas de interés público, sino todo lo contrario.
En México nos enfrentamos a una severa distorsión cuando de pensiones se habla, ya que la discusión se pretende centrar casi de manera exclusiva en los adultos mayores. La confusión consiste en intentar olvidar que el asunto pensionario tiene que ver con un tema intergeneracional, donde en primer lugar tendrían que ir los jóvenes que eventualmente se estarán incorporando al mercado de trabajo y lo que estará en juego es su futuro frente a un retiro realmente digno.
Pero ¿Qué es una AFORE?, las Administradoras de Fondos para el Retiro, son instituciones financieras de México que administran las cuentas individuales de los trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Aunque los bancos son dueños de muchas de ellas, las Afores no son bancos ni aseguradoras. Son instituciones que se dedican exclusivamente a administrar e invertir los recursos que la gente deposita en su cuenta individual. Asimismo, si una persona con Afore deja de laborar, los recursos permanecen en su cuenta individual, sin que nadie pueda hacer uso de ellos.
Ahora bien, la iniciativa para crear el Fondo de Pensiones para el Bienestar, fue propuesta por el Diputado Ignacio Mier Velasco y por la Diputada del mismo partido, Ivonne Cisneros Luján, quienes han sido incapaces de explicar detalladamente el tema, pues la propuesta del presidente dada a conocer el 5 de febrero, señalaba de manera general lo siguiente: “revertir las reformas a las pensiones aprobadas en 1997 y 2007 por los presidentes Ernesto Zedillo y Felipe Calderón”, pero lo que estos diputados presentaron el 24 de febrero es distinto, la creación de un Fondo de pensiones para el Bienestar donde la mirada se ha centrado en los 40 mil millones de pesos de cuentas no reclamadas.
La desinformación ha sido de tal nivel, que muchos consideraron que se trataba de la misma reforma, pero en realidad no lo es, si la idea del presidente era realizar un ajuste al sistema de pensiones para que más mexicanos cuenten con un ingreso digno y suficiente para su vejez, la discusión, porque tenía que haber discusión, tenía que resolver preguntas como ¿Cuáles serían los ajustes propuestos? ¿Cómo se beneficia a los adultos mayores y también a las generaciones más jóvenes? ¿Cuál es la base o lo sustancial de la reforma? Empero, se aprobó la creación de un fondo para una reforma que no se conoce porque no se ha debatido.
El diputado Mier y la diputada Cisneros propusieron “la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar” ¿En qué momento llegamos a esto? ¿Cuál fue la explicación o justificación? Con tanta información o desinformación nos perdimos, y hoy existe la duda acerca de la suficiencia financiera a mediano y largo plazo para que los trabajadores se jubilen al 100% como se planteó, lo cual también es discutible. Se trata de contar con un traje hecho a la medida, la premisa no puede ser ayudar a unas generaciones y sacrificar a otras, esto es lo que tiene que considerar una verdadera reforma de pensiones.
Quien defiende al presidente lo seguirá haciendo pase lo que pase, y quienes lo critican, continuarán con el discurso de que todo está mal, pero en todo esto, dónde queda el debate de los temas trascendentales que debemos tener para avanzar hacia un mejor país donde los adultos mayores puedan transitar a un esquema de vida con una solvencia económica suficiente. Pues, aunque la vejez parezca algo muy lejano para muchos, se debe pensar en que condiciones se desea vivir esta etapa de la vida.
Sin tener claro cómo se llegó a esto, hoy sabemos que, en un inicio, el Fondo será financiado principalmente con alrededor de 40 mil millones de pesos de ahorros para el retiro en las Afores que no han sido reclamados por personas de 70 años o más (o a partir de 75 años en el caso de quienes coticen en el ISSSTE).
El fondo tiene el propósito de recibir, administrar, invertir y entregar los recursos que les sean aportados para complementar las pensiones de los trabajadores cuyo monto sea menor a 16 mil 800 pesos mensuales aproximadamente.
La idea es “buena”, pero eso no basta, le falta sustento. Solo para centrarme en algunas de las fuentes de las cuales se pretenden obtener recursos como el Tren Maya y algunas otras empresas paraestatales que, si bien tiene la capacidad de generar recursos, también se debe reconocer que aún necesitan ingresos para su operación. Discursivamente es rentable, pero en cuánto tiempo será una propuesta viable y sostenible, por qué no mostrar los estudios realizados que lo justifiquen.
El tema más controversial ha sido “la recuperación de cuentas inactivas”, esto, derivado de la incapacidad del gobierno para comunicar de manera adecuada y entendible cómo se va a manejar el dinero y cómo se realizará la distribución.
De forma general se mencionó que aquellas cuentas que en 10 años no presenten actividad pasarán al Fondo de Pensiones para el Bienestar, pero si la persona dejó de cotizar y únicamente revisa sus estados de cuenta en espera de llegar a la edad de jubilación para reclamar su dinero ¿Cómo identificar estas situaciones?
Cuando piensan explicar los criterios bajo los cuales una cuenta se va a considerar inactiva y en qué condiciones una cuenta abandonada. Pensemos que alguien cotizó a una institución de seguridad social por 8 años y de manera posterior decide comenzar un micronegocio o simplemente emplearse por cuenta propia, sabe que tiene ese dinero, pero al no tener la edad para reclamarlo espera el momento de hacerlo. Una cuenta abandonada no es, el dueño tiene conocimiento de su AFORE, está inactiva porque no puede realizar aportaciones voluntarias ¿En estos casos qué pasa? En teoría, este dinero no debería pasar al Fondo de Pensiones.
Un aspecto que tiene que quedar claro es que las personas que a los 70 años siguen trabajando y cotizando, no se les quitarán sus recursos, pero nuevamente hace falta tomarse el tiempo para esclarecer esos aspectos y dejar atrás ese fantasma de la expropiación de cuentas.
La discusión sobre el tema por parte de los legisladores ha sido muy pobre. Existen muchas interrogantes que despejar, por ejemplo, que sucede con aquellos que ganan 20 mil, 30 mil o una cantidad mayor a los 16 mil 800 que el gobierno propone entregar a los jubilados de manera mensual. Se entiende que lo primordial es apoyar a ese sector de la población que se jubila con 5 mil pesos o menos, pero que sucede si alguien no está de acuerdo toda vez que, tenía contemplado recibir una pensión equivalente al último salario con el que se retira de su vida laboral y ojo, no se le robará ni un peso, su dinero será entregado de manera íntegra, pero en un lapso mayor, no obstante, qué alternativas existen de no estar de acuerdo, habrá algún beneficio adicional ¿Sí? ¿No? ¿Quién lo explica?
Todo país requiere de una reforma de pensiones, pero es muy difícil saber si lo que se aprobó es realmente lo que México necesita. Los años pasarán y esperemos que la decisión que se ha tomado sea en beneficio de las mayorías y no se convierta en algo que tengamos que lamentar