Cuando despertó, el dinosaurio estaba chiquitito

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Esta, es la versión original de uno de los cuentos más cortos del mundo del escritor hondureño Augusto Monterroso,
quien nos enseña que una historia puede ser contada en pocas palabras y que aun con la brevedad de un texto, al elegir las palabras adecuadas se puede llegar a reflexionar sobre temas profundos, pues no se trata de tener una gran cantidad de palabras, si no de lograr transmitir un mensaje.
Vanessa Romero; analista política y abogada, casi para terminar el año —diciembre 2023—reinventa el cuento de Monterroso para ejemplificar de manera fiel lo que sucede actualmente con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).“Cuando despertó, el dinosaurio estaba chiquitito”, esta versión resume el aquí y el ahora del partido que por décadas se consideró hegemónico, con más simpatizantes, militantes, gobernadores en los Estados, con el mayor número de representantes a nivel municipal, en la cámara de diputados y de senadores y que ocupó la silla presidencial por 70 años, una dictadura disfrazada de democracia, pues se vivió bajo el yugo de un partido que controlaba todo con el apoyo de ciertas instituciones, pero aquellos años “gloriosos” para quienes se decían orgullosamente priistas, se evaporan.
El 2023 fue el año del resquebrajamiento del PRI, sin embargo, 2018 marca un antes y un después en la historia de este partido con la llegada de Morena a la silla presidencial y con la entrega de las primeras gubernaturas: Yucatán al PAN y Jalisco a Movimiento
Ciudadano. De manera subsecuente, en 2021, los problemas comenzaron a agudizarse, de las 32 entidades del país, 15 se sometían a votación dando como resultado 11 Estados para Morena. El PRI pasó de doce Estados a solo cuatro, y tras las elecciones del domingo 4 de junio de 2023, el PRI se quedó pobremente con Durango y Coahuila, ambos ganados en coalición con el PAN y el PRD, el partido que por décadas pintó el mapa de la república de un rojo avasallador, en el 2024 está al borde de la extinción. Por lo anterior, para unos cuantos resulta ser una sorpresa lo que está pasando con el PRI, pues su caída al precipicio comenzó a darse a la vista de todos y está documentada, aunque muchos culpan a su presidente nacional; Alejandro Moreno (mejor conocido como “Alito”). El desgaste del partido llegó a un punto tan alto, que probablemente con “Alito” o sin él, la historia no sería muy distinta, lo único que está haciendo este hombre que hoy es repudiado por priistas y expriistas, es darle el tiro de gracia.
Alo anterior, se agrega el fin de 94 años ininterrumpidos del Partido Revolucionario Institucional en el Estado de México, que, con la salida de Alfredo del Mazo Maza, pone punto final —porque difícilmente serán suspensivos—, al mandato del “Grupo Atlacomulco”. La suma de momentos desafortunados del PRI no termina aquí, otro hecho inédito es, que desde su fundación en 1929, el partido no presentó candidato presidencial y decide “sumar fuerzas” (estoy ironizando) con aquellos que en algún momento fueron sus principales opositores políticos: PAN y PRD. Hasta aquí, la situación ya es lamentable, pero falta la cereza del pastel, el 19 de diciembre del año pasado, un grupo de priistas donde destacan los exgobernadores
Alejandro Murat y Eruviel Ávila, los senadores Jorge Carlos Ramírez Marín y Nuvia Mayorga, así como el excandidato a la Ciudad de México, Adrián Ruvalcaba, anunciaron una nueva plataforma política llamada “Alianza Progresista” nacida para apoyar a la candidata presidencial de Morena. A esta desbandada se debe agregar la de Veracruz, entidad en la que el PRI se ha quedado sin bancada en el Congreso del Estado, lo mismo que ocurrió hace unos meses en Hidalgo y Sinaloa.
No obstante, hay un acontecimiento que no se debe olvidar; el 3 de julio del mismo 2023, Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, nuevamente Eruviel Ávila y Nuvia Mayorga, dieron a conocer su salida del partido y en ese momento haciendo uso de la descomunal creatividad que caracteriza a nuestros políticos para darle nombre a sus “alianzas”, sorprendieron con lo que consideraron un nuevo movimiento denominado: “Congruencia por México”, pero de julio a diciembre no pudieron mantener la congruencia siquiera en el nombre. Eruviel Ávila señaló que no buscan chamba ni hueso
¿Les creemos? pero herman@s de la caridad no parecen. La situación del PRI cambio, su realidad dio un giro de 180 grados y desde 2018 que Morena llegó al poder, han sido incapaces de reagruparse para realizar los ajustes internos que les permitan conservar un lugar digno en la escena política y en la percepción de la gente.
Enero de 2024 y la agonía no tiene límite, lo que queda del PRI se mantiene de pie de milagro. La última reserva del tricolor está dando lo que les sobra para intentar sobrevivir, pero esto sucede, entre otras cosas, cuando te unes de manera abierta con tus ultra adversarios del PAN y el PRD (no en lo oscurito como lo hacían anteriormente).
Antes de 2018, Morena no gobernaba ningún Estado, pero actualmente se convirtió en la primera fuerza política de México y el PRI, que para muchas generaciones fue el único partido que vieron gobernar este país, se encuentra al borde de la desaparición, por ello, hoy resulta vigente y acertada esta nueva versión del cuento de Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio estaba chiquitito”.