El impresentable de “Alito”
La mala racha no se detiene, la caída hacia lo más recóndito parece no tener fin, y cuando pensamos que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tocaría fondo, el presidente del partido; Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como “Alito”, reaparece en escena con una más, sí, otra más de sus artimañas a las que por sorprendente que parezca, aún hay quienes desde “su partido” —porque parece que es el dueño— las apoya y las aplaude con singular alegría.
Septiembre de 2023 y el PRI casi lo pierde todo, pues una vez que Beatriz Paredes “no” se bajó de la contienda para ser precandidata presidencial, sino “la bajaron” (en qué términos o negociaciones, eso no lo sabemos), el PRI pierde por primera vez —en 94 años— la oportunidad de postular a su candidato presidencial y entregan el cascarón del partido a quienes históricamente fueron sus ultra enemigos políticos; PAN y PRD.
¿Qué es lo que queda del PRI? ¿Existe algo más que la nostalgia de aquellos que en algún momento se decían orgullosamente priistas? Porque del Partido Nacional Revolucionario (PNR) que surgió el 4 de marzo de 1929 impulsado por Plutarco Elías Calles, sólo la sombra y el recuerdo de su primer candidato presidencial; Pascual Ortíz Rubio y después, Lázaro Cárdenas del Río, presidente destacado de la época postrevolucionaria, quien lo rebautizaría como Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938, hasta llegar al partido al que hoy, “Alito” le está dando el tiro de gracia, el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El revolucionario institucional se ha olvidado de su historia, de sus orígenes, de sus principios (porque los tuvo), y de sus estatutos, pues se ha definido por lo menos en el discurso como un partido de centro izquierda, progresista, socialdemócrata, y alejado de los extremos ideológicos que se traduce en este combo multicolor de PRI, PAN y PRD. Ante estos repentinos cambios, pero también contradicciones, se puede entender este alejamiento de sus electores y militantes.
Cuatro años le han bastado a este hombre; Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, para llevar a “su” partido al peor momento del que se tenga registro, recordando que llegó a la presidencia nacional del PRI en agosto del 2019, y ha logrado perder de manera contundente 11 gubernaturas, incluyendo una de las más importantes histórica y simbólicamente; el Estado de México.
Cuando” Alito” tomó la dirigencia, el Revolucionario Institucional tenía 12 gubernaturas. En 2021 comenzó el declive al perder ocho; en 2022, sumó dos más, y aunque ganó Durango en alianza con el PAN y PRD, este 2023, vivió uno de los golpes más fuertes para los priistas al perder la joya de la corona, la gubernatura del Estado de México, no obstante, tuvo un premio de consolación nuevamente con los votos de PAN y PRD; Coahuila.
Es inevitable cuestionar su permanencia en la dirigencia del partido ante estos resultados, aunado a los señalamientos como Gobernador de Campeche y la difusión de lo que pueden ser horas de conversaciones y mensajes de texto que dan cuenta de presumibles actos de corrupción y desvíos de recursos ¿Por qué sigue como dirigente del PRI? Es claro que por su partido no está haciendo mucho, los beneficios son personales ¿Pero que ha negociado? ¿Con quién? ¿Qué ofrece?
Lo que sucedió con Beatriz Paredes fui indignante y humillante para la señora, que, a lado de este hombre, tiene mucha más carrera política y preparación, no sé si menos cola que le pisen, pero doblegarse ante él, independientemente de las preferencias partidistas o las simpatías hacia Beatriz Paredes, es un pésimo ejemplo para las mujeres. Ella no es una víctima, lo permitió, dejó que Alejandro Moreno se saliera con la suya junto con los otros dirigentes del PAN y del PRD, bajo que arreglos, ya veremos.
Este hecho deja otro tema para la reflexión: de qué sirve que aparentemente se estén abriendo más espacios para las mujeres si los que siguen tomando las decisiones son los “machos tóxicos” como Alejandro Moreno, de qué sirve hablar del tiempo de las mujeres si los que ejercen el poder son hombres y de la peor calaña. Que el show continúe, sigamos viendo la caída del PRI y que el impresentable de “Alito” se consolide como de lo peor que se ha tenido en la historia reciente en cuanto a personajes políticos.