Dolor, rabia e indignación nacional por asesinatos y violencia, pero los criminales siguen burlándose
Por: Laura Castillo García
Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México
“…Queremos paz, queremos vivir en paz, ya no queremos violencia; somos gente que tenemos derechos y exigimos que se respeten. Nacimos libres, nacimos con libertad, no tiene por qué haber gente que nos quite ese derecho y que nos mate. En México hay mucha gente que ha muerto injustamente; pero el asesinato de nuestros compañeros fue atroz, hay rabia; yo lo sentí así desde el momento en que me enteré. Yo solo espero que nos organicemos para ir a Chilpancingo a exigir que se haga justicia a los dos líderes antorchistas asesinados y a su niño de seis años; quiero ir de frente porque tengo coraje, tengo mucha rabia por lo que les sucedió a nuestros compañeros en Guerrero. No hablo mucho, pero en esta ocasión me sale del corazón decirles que esto que sucedió no se va a quedar así; nosotros seguiremos en lucha hasta que agarren a los asesinos de nuestros compañeros.
“Mi coraje por lo sucedido lo voy a sacar luchando y manifestándome cada que mi organización me convoque a hacerlo, hasta que encarcelen a los asesinos de nuestros compañeros de Guerrero”, aseguró un taxista del Valle de Toluca, quien se sumó a la cadena humana realizada en la ciudad de Toluca de Lerdo, en donde exigieron justicia por los bestiales asesinatos de dos líderes sociales de Guerrero, Conrado Hernández y Mercedes Martínez y su hijo de apenas 6 años.
Por su parte, un campesino de la zona norte del Estado de México dijo en entrevista que es importante que los mexicanos estén conscientes de que la situación de inseguridad es un problema nacional: “en todo el país sufrimos inseguridad: a nivel nacional, tenemos un promedio de 83.2 asesinatos diarios, lo que equivale a un aumento de 6.8 % con respecto al 2022. Los antorchistas no estamos de acuerdo con la política de López Obrador de “abrazos, no balazos, ¡hay que luchar para que se acabe la inseguridad!”.
Los brutales asesinatos de dos líderes sociales de Guerrero, muertos a golpes en el cráneo y del infanticidio de su hijo menor de edad, quien perdió la vida asfixiado y luego de haberlo torturado frente de sus padres, han causado no solo dolor, sino también rabia e indignación nacional entre los militantes del Movimiento Antorchista Nacional, al cual pertenecían los dos primeros, sino también entre millones de mexicanos que cada día son testigos de asesinatos, violaciones, feminicidios y hasta infanticidios, los cuales cada día se perpetran con más crueldad y salvajismo sin que los gobiernos de López Obrador y sin que los gobiernos estatales hagan nada por frenarlos y encarcelar a los criminales, quienes se burlan de la falta de expedición seria de justicia y, por tanto, siguen caminando por las calles como si no hubieran cometido crímenes atroces.
Ha pasado mes y medio de los brutales asesinatos de antorchistas en Guerrero y la Fiscalía General de ese Estado no ha presentado avances de la investigación y, por tanto, no ha señalado quiénes son los culpables y, por tanto, no los ha encarcelado. Por si eso no fuera poco, la gobernadora de esa entidad, Evelyn Salgado Pineda, no ha intervenido en el asunto y no ha recibido a la dirigencia de Antorcha –encabezada por el vocero nacional, Homero Aguirre Enríquez, el diputado federal Brasil Acosta Peña y el dirigente en Guerrero, José Juan Bautista Hernández–, para comprometerse a acelerar la investigación y atrapar a los culpables.
Para protestar por la lentitud o negligencia que ha mostrado la Fiscalía guerrerense, miles de antorchistas de todos los rincones del país realizaron, el pasado jueves 25 de mayo, cadenas humanas en las capitales de todas las entidades federativas, además de que un contingente conformado por miles de antorchistas de Guerrero, Ciudad de México y Estado de México se apersonaron a las 7 de la mañana frente al Palacio nacional, para clamar justicia al presidente Andrés Manuel López Obrador, a fin de que se aceleren las investigaciones y, sobre todo, que se encarcele a los asesinos de dirigentes antorchistas brutalmente asesinados el 12 de abril en Chilpancingo, Guerrero, pero también de los más de 153 mil asesinatos que a lo largo y ancho del país han ocurrido durante el sexenio morenista, mismos que tampoco han sido esclarecidos y tampoco que ha hecho justicia a los inocentes muertos y a sus deudos.
Desde el dolor, la rabia e indignación, los participantes de las “cadenas humanas” que realizaron los antorchistas en todo el país, clamaron por justicia para sus compañeros asesinados –Conrado Hernández y Mercedes y su hijo menor de edad, Vladimir–, pero también protestaron por la inseguridad que pone en riesgo a todos los mexicanos.
Campesinos, amas de casa, comerciantes, estudiantes, colonos y líderes sociales tuvieron la oportunidad de manifestar su sentir ante el clima de violencia nacional que se ha convertido en uno de los problemas más preocupantes para todos los mexicanos toda vez que en lo que va del 2023 hay un promedio de 83.2 asesinatos por día; es decir, hay un aumento del 6.8 por ciento con respecto al 2022. Como se ve, esa política de López Obrador de “abrazos, no balazos” es otro fracaso de la 4T porque ni hay abrazos, pero sí una inseguridad extrema en toda la nación y, lo peor, es que no se escucha a los que protestan o quieren un clima de paz para sacar adelante a sus familias, lo que provoca la burla de los delincuentes, quienes se sienten protegidos por el gobierno de López Obrador.
En los casos de Conrado y Mercedes, además de trabajar para sacar adelante a su hijo, luchaban para mejorar las condiciones de vida de los guerrerenses y en todo el país, hay miles de inocentes que han perdido la vida a manos de asesinos que cada vez más son más crueles.
Morena no ha cumplido su promesa de acabar con la violencia y cada vez está más lejos de hacerlo. El presidente no quiere reconocer que la violencia es hija de su política errada, donde los delincuentes y el crimen organizado andan campantes y sin control por todo el país y los policías están prestos para maltratar a los ciudadanos –como vendedores ambulantes– que se ganan la vida dignamente, pero cuando se trata de limpiar las calles de asaltos, secuestros, extorsiones o asesinatos, para eso no hay seguridad, no hay policías, no hay Guardia Nacional.
“Hoy estamos nosotros con la bendición de tener vida… si esto le paso a nuestros compañeros que esperamos nosotros como ciudadanos y con tanta inseguridad. ¿En qué país estamos viviendo? En uno donde en cualquier momento nos pueden arrancar la vida”, aseguró una ciudadana del #Edoméx durante cadena humana en apoyo a sus compañeros antorchistas de #Guerrero.
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