Pagos chiquitos y transas grandotas

Así comenzó la historia…. Hugo Salinas Rocha, abuelo de Ricardo Salinas Pliego, heredó de su padre, Benjamín Ricardo Salinas Westrup, el negocio de muebles Salinas y Rocha, donde desde la década de los treinta se vendía de fiado. Formado en Estados Unidos, Salinas Rocha creó en 1950 la fábrica de radios Elektra Mexicana, la semilla del imperio que es hoy Grupo Salinas, basado en gran parte en los créditos al consumo a las personas de bajos ingresos.
Ricardo Salinas Pliego, el tercer hombre más rico de México y de los más ricos de América Latina, ha dado mucho de qué hablar de manera reciente, nada bueno evidentemente pues, las declaraciones de este señor muestran una falta de sensibilidad, de empatía y desconocimiento de la realidad.
Recordemos que durante los meses más complicados de la pandemia y cuando por disposición oficial se llamó a cerrar aquellos negocios que no estuvieran considerados como actividad esencial, se negó a hacerlo, al grado de buscar un amparo que le permitiera abrir sus tiendas bajo el argumento de que eran algo esencial para las familias mexicanas. Esta tienda que ofrece “abonos chiquitos” a quienes no pueden comprar de contado, es un verdadero fraude, ya que un refrigerador que costaría 14 mil pesos termina costando 27 mil, casi el doble y su banco; Banco Azteca, es famoso por cobrar comisiones por inactividad. Sus tiendas no perdonan un solo día de retraso y por cada día que transcurre de la fecha de pago, el monto crece y crece, pero irónicamente el señor no paga lo que debe.
Sin embargo, el pasado miércoles 19 de enero, se dio a conocer que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), determinó que Grupo Elektra debe pagar 2 mil 636 millones de pesos de un crédito fiscal derivado de deducciones ilegales en el Impuesto sobre la Renta (ISR), aplicadas en la declaración del ejercicio de 2006, es decir, hace 15 años.
De acuerdo con Raquel Buenrostro, Jefa del Servicio de Administración Tributaria, Salinas Pliego puede adeudar más de 40 mil millones de pesos que se ha negado a pagar una y otra vez enviando todo a tribunales y de manera cínica ha respondido: “No pienso pagar ni un rábano”, esto, a todos aquellos que le han reclamado en redes sociales.
Este hombre se está convirtiendo en un personaje nefasto, tal vez ya lo era, pero ahora se hace evidente mediante las “benditas redes sociales”, y para muestra su tweet el 24 de diciembre, donde defendió las bondades de la desigualdad como motor social. El dueño de las tiendas Elektra mencionó que “La desigualdad no solo es inevitable, sino que es necesaria para el progreso de la sociedad” ¿Qué?
Este señor, también ha declarado que la desigualdad es natural al ser humano y ha negado la desigualdad como el principal problema de nuestras sociedades, lo que considera una muy mala idea, en contraste, considera buena idea combatir la pobreza extrema y que exista la igualdad ante la ley, y es justamente lo que millones de mexicanos esperamos, igualdad ante la ley, y un buen ejemplo es que pague sus impuestos.
Desafortunado que desde el lugar de privilegio que ocupa se atreva a decir que la desigualdad es necesaria ¿Para quién? y ¿natural? Es necesario o natural contar con más de 55 millones de personas en situación de pobreza en México. Será natural que exista gente que trabaja mucho y gana muy poco, en horarios extenuantes o hasta de explotación como los de sus tiendas Elektra; de 9 de la mañana a 9 de la noche, de lunes a domingo, los 365 días del año, sin importar que haya pandemia.
Tan desagradable resulta que la red social del pajarito azul, bloqueo fugazmente su cuenta por incitar al acoso y la violencia con sus comentarios, esto, también el pasado miércoles. Así es Ricardo Salinas Pliego, el hombre que aun con pandemia logró que su fortuna pasara de 11 mil 700 millones de dólares a 12 mil 500 millones de dólares según reportó la revista Forbes México en abril del año pasado, este es el hombre que, gracias a los pagos chiquitos, realiza transas grandotas.