“Deseo poco, y lo poco que deseo lo deseo poco” San Francisco de Asís.

Alguna de las muchas veces que le escuché decir esta frase a Don Pepe Nader Achkar, me causaba ruido, pero de ese que te inspira, que se te queda grabado para siempre, que es ejemplo y que ni duda cabe que el tiempo es sabio…
Pareciera sencillo, facilito, hasta con ganas de querer hacer más y sin mover un dedo, sin que el viento remueva tu cabellera o pocos hilos como en mi caso, pero la realidad es más compleja de lo que a simple vista resalta, porque lo que tú ves, lees, haces análisis de fondo, converges con uno de nosotros o difieres (seguramente a menudo) hace que este, El Valle, tenga un gran impacto entre la población, entre quienes hemos crecido dentro de la casa editorial y que día a día penetra más en la sociedad, tanto en físico como electrónico. Ciertamente la empresa no ha sido nada fácil, al contrario, he sido testigo como mis carnales Pepe y Sergio se han desgañitado para no dejarse vencer, para seguir el legado del siempre entrañable Don Pepe quien jamás sucumbió ante la adversidad; ¡claro! estaban los problemas sobre todo financieros, pero jamás renunció ni renunciaron al sueño de hace más de 3 décadas y hoy ante la mirada atónita de unos y maravillados de otros consolidan un trabajo incluyente, divergente, respetuoso, abierto, plural y sobre todo apasionado. Amoroso por lo que nos convoca, nos atrae, nos atrapa y nos obliga a no caer, a redoblar no esfuerzos sino corazones y manos, es decir, a todas las personas que laboran en este medio de alta calidad. A veces, la mayoría de las ocasiones pasan desapercibidos aquellos personajes que nos dan vida a quienes escribimos y aportamos nuestras ideas, esas personas que se parten el lomo a cada segundo y que gracias a ellos funcionan las máquinas, que hacen que las tinta corran mágicamente para que en la textura del papel surtan efecto nuestras letras, o bien aquellos que enlazan y son ases en la web y en las redes para dejar antecedente persistente. El personal de limpieza ni se diga, mantienen a flor de piel con esmero la pulcritud de un trabajo que pareciera sucio y lo hacen mágico; los administrativos que sin ellos no habría el vínculo entre la programación y por ende las publicaciones pasarían a ser parte del olvido; mis compañeros reporteros, editorialistas, columnistas, reporteros gráficos, y más, merecen un extenso aplauso pero sin duda un merecido reconocimiento por el aguante, por resistir los embates del padre cronos, de las limitaciones, de la economía, de la pandemia y de muchas cosas que están en el negocio y que solo han servido para ser punta de lanza. Cierto es que alcanzar el impacto y goce del público es sinónimo de destreza, de empuje y de lucha constante, esto no ha sido ni será un tema menor y más, cuando uno acude a las instalaciones de este informativo y subiendo las escaleras nos topamos con fotografías de quien sin duda marcó un hito en la historia periodística de nuestra ciudad, del Estado de México y en el país, dejando bien cimentadas las bases y los directores hoy en día han resuelto no desfallecer y velar por un mejor Valle, cada vez más colorido, nutrido, con diversidad y en estricto apego a la realidad imperante porque somos parte de la vanguardia, estamos a tiempo, generamos un ejercicio de pleno convencimiento personal y colectivo, experiencia y juventud compaginan un tremendo equipo equitativo, heterogéneo, profesional y con casta. Quienes estamos hoy en día apostando a que nuestras líneas se hagan sentir y vibrar es con base en un estricto ejemplo del buen servir, de la buena comunicación y del compromiso generado para que todos quienes crucen alguna vez, tan solo en algún momento por El Valle, tengan la certeza que la noticia hecha periódico, es y será la fuente de inspiración de ésta y las siguientes generaciones que cifran sus expectativas en tener una fuente veraz, oportuna, diversa y de dimensiones únicas.
Pepe, Sergio, amigos todos. Felicidades totales por la celebración de estos primeros 31 años al servicio de la sociedad y enhorabuena por tantas historias de ¡El Valle!!!!
Esta vez dejaré en el tintero y para el análisis y/o comentarios los resultados obtenidos por nuestros compatriotas en los Juegos Paralímpicos. En principio, ni siquiera deberían existir las mentadas, odiosas y nada servibles comparaciones entre quienes ejercen un derecho deportivo por adjudicación, necesidad, necedad, práctica, desarrollo, estilo y calidad de vida, al final de El Valle todos se rigen por la misma pasión, el derroche de calidad entre unos y otros es innegable, entonces lo que realmente debería robarnos la atención, no es si el deporte adaptado es más ganador (que en el papel y medallero así resulta) que el convencional, ¡no! lo importante de esta tremenda idea equivocada es darle su real dimensión a cada mexicano que hace su lucha, se enreda en las mieles de la derrota y la hiel del triunfo y hago ésta analogía porque siempre ocurre lo mismo. ¡Basta! dejemos de dividir a un de por sí abaratado sistema deportivo mexicano, con prejuicios, con malos manejos, con inmensos e intensos golpes de estado tanto internos y externos que solo manifiestan la lucha y poderío económico para unas cuantas arcas, desvíos y falsas promesas, etcétera. La verdad verdadera es que el rescate de los atletas, deportistas y todo el entorno nos corresponde a quienes amamos el deporte, la actividad física y consolidar la excelsa Cultura Física capaz de impregnar los mismos ideales de arropar a unos y otros por igual, de brindar más y mejores instalaciones, de fijar estímulos justos y equitativos, de involucrar a todos, pero aquellos que están por encima de cualquier interés y que solo buscan afanosamente ser un buen deportista y/o atleta pero mejor ser humano, un mejor mexicano y estar en todo momento en el podio con única y real característica de amar al y el deporte!
Pásenla bien!!!