TAL VEZ NUESTROS NOMBRES SE DILUYAN, PERO NADIE OLVIDARÁ ESTA GENERACIÓN QUE CONSTRUYÓ UNA DIGNIDAD PARA TODOS: ALFREDO BARRERA

Nos encontramos hoy exactamente a un mes de que se entregue la estafeta al nuevo y digno sucesor a la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México, ya que no hay que olvidar que el próximo 14 de mayo se reúne el Consejo Universitario, y designará al nuevo sucesor de tan digno cargo.
El compromiso es arduo y un verdadero reto para el que sea electo de los dos aspirantes existentes como lo son el Doctor Carlos Eduardo Barrera Díaz, y Yolanda Ballesteros Sentíes, ya que deben de seguir con las acciones, la intensidad de trabajo que sin duda ha sido brillante y en su sucesor sin duda que la comunidad universitaria espera sea mucho mejor.
El que les ha puesto la muestra de todo ello ha sido el Rector Alfredo Barrera, que a pesar de estar ya en la recta final de su administración sigue trabajando intensamente, y como muestra aquí algunas palabras de su pasada visita a la Facultad de Humanidades.
El desarrollo expansivo de la facultad de humanidades es una certeza histórica y geográfica, su contribución mayor sin embargo, estriba en los valores profundos que ha transmitido al conjunto de la comunidad universitaria en primera instancia y después a la sociedad mexiquense.
Durante medio siglo la convivencia de tantas academias, ha sido fuente de las libertades de pensamiento y refugio de expresiones innovadoras en las artes y en la ciencia, las ideas de equidad e igualdad, la diversidad ideológica, la pluralidad política, y el indigenismo, afloraron aquí, como en ningún otro lugar, igual que las artes hallaron aquí sus primeros públicos, intérpretes y ejecutantes.
El doctor Díaz Ortega alude como durante el 2020, nuestra comunidad consolido aquí largas décadas de lucha por la equidad de género, gracias a la exigencia estudiantil por un dialogo franco, inclusivo y comprometido.
Esta protesta estudiantil, marca sin duda la memoria de este rectorado y de esta facultad de humanidades, del dolor, del enojo y la impotencia causada por la violencia de género, supimos construir soluciones reales y verdaderas.
Fue posible porque jamás aludimos el debate, ni los compromisos, atendimos con lo mejor de nuestra voluntad y con los recursos disponibles, las demandas académicas, jurídicas y de infraestructura, pero fuimos más allá, nos comprometimos y reformamos el actual estatuto universitario el cual nos obliga a todos los universitarios desde ahora a edificar una cultura de respeto y de equidad por las mujeres.
Para los universitarios de México y el mundo, ha sido un periodo difícil, todos los aquí presentes, hemos sido testigos participes, de un intenso periodo de evolución dentro y fuera del campus, cambios urgentes derivados de la contingencia epidemiológica y cambios de la mayoría de los casos motivado por nuestro deseo de ser mejores.
El dialogo creativo entre las academias y la institución, seguirá repercutiendo en tareas e infraestructura tales como se testimonian en las obras que hoy se entregan como parte de un paquete de veinte acciones que fueron demandadas durante la primavera de 2020, se trata de un rebosamiento de gran calado que incluye acciones de mantenimiento equipamiento, construcción y mejora de edificios, pasillos y áreas académicas y administrativas.
Este es el nuevo rostro con el que aquí y en todo el campus, los universitarios comenzaremos una vez mas de nuevo, hoy como siempre he reconocido que el cultivo de las humanidades en esta comunidad académica, es una bella aproximación a las propuestas del doctor Augusto Isla, respecto a que la universidad debe ser el campo donde germinen las grandes ideas, donde florezcan las grandes mentes y donde se multiplique la grandeza de hombres y mujeres.
Concuerdo con la idea que aquí se cita sobre la consecuencia del confinamiento en la conciencia contemporánea sobre nuestra humana soledad, y cierta ética que motiva la solidaridad y la esperanza, ha sido un placer haber compartido este tiempo de dialogo con ésta comunidad, no tengo duda que el registro de lo sucedido durante estos doce meses, meses de debate incorruptible y de conquistas jurídicas por la equidad y las igualdades, perduraran en nuestra universidad en tanto esta exista.
Tal vez nuestros nombres se diluyan, pero nadie, olvidar esta generación de hombres y mujeres que construyeron una dignidad para todos, y los reconozco como protagonistas valientes y honestos, con éstos ideales tan valiosos: HASTA AQUÍ MIS LINEAS…
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