AGUA: ¿Recurso eterno?

AGUA: ¿Recurso eterno?
Antes de continuar con los Mitos y Leyendas del agua quiero hacer una aclaración sobre el primer mito: de que el agua se va a acabar, yo afirmé que no, que el agua es y será la misma mientras dure el planeta. Sin embargo, lo que deseo que quede claro es que el agua de los acuíferos, es decir el agua subterránea, esa sí se puede terminar, y de hecho estamos acabando con ella. ¿Porqué esta agua si se va a terminar, si también forma parte del ciclo hidrológico? Bueno, lo que pasa es que el agua subterránea que se explota con pozos profundos tardó en acumularse en el fondo de los acuíferos alrededor de diez mil años, o sea que si ahora dejamos seco un acuífero, tardará diez mil años (si no se le saca nada de agua) en alcanzar un volumen almacenado como el que teníamos en 1950. Diez mil años equivale a 367 generaciones de seres humanos.
Ahora sí, el tercer mito es: “Las industrias generan toda la contaminación del agua”. Falso, archifalso. El agua la contaminamos todos y cada uno de nosotros. Cada vez que vamos al baño (de 4 a 5 veces al día) y le jalamos la cadena para que se vaya el agua sucia estamos contaminando un agua que llegó potable a nuestro cuarto de baño y la devolvemos ya contaminada. En el Valle de Toluca solamente, vivimos alrededor de dos millones de habitantes y si vamos al baño cinco veces en un día, entonces estamos generando diez millones de descargas de agua contaminada, cada día. Las zonas agrícolas también contaminan el agua que utilizan para hacer crecer los cultivos, ¿de qué manera? Pues las técnicas agrícolas actuales utilizan una gran cantidad de fertilizantes, para lograr mejores rendimientos de producción, y pesticidas para que no se generen plagas que acaben con los cultivos; estos fertilizantes y pesticidas entran en contacto con el agua, ya sea de lluvia o de riego, y son arrastrados con las aguas sobrantes, que regresan a arroyos y a ríos.
También las actividades comerciales, restaurantes, tintorerías, lavanderías, clubes deportivos, baños públicos, contribuyen de manera importante al deterioro de la calidad del agua que se recibe potable. En el campo tenemos piscifactorías, ganado estabulado que sus desechos también suelen ser arrastrados por el agua, terminando en un arroyo o en un río. Como se puede apreciar claramente, todos contribuimos a contaminar el agua, no sólo la industria.
Y si traer el agua a las ciudades y hasta tu casa es muy costoso, darle tratamiento por medio de una planta depuradora, para devolverla limpia a los ríos, resulta aún más caro, mucho más caro. Por eso es muy justo que también contribuyamos pagando nuestro recibo de agua, donde también se contempla el saneamiento, que no es otra cosa que alejar las aguas ya utilizadas y darles un tratamiento, para evitar problemas de salud pública que nos puedan afectar.
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