¿QUIÉN ES EL NUEVO CONTRALOR DE LA UAEM?

Todo mundo sabe que hace unas semanas fue nombrado como chispeante Contralor Independiente y “sin ninguna gota morenista”, el humilde Dr. Victorino Barrios Dávalos. Parece que ha empezado a tomar cartas en los asuntos financieros de la maltratada Universidad Autónoma del Estado de México.
Ahora que repunta la Estafa Maestra, teniendo como voz cantante a Emilio Zebadúa, según lo publicado en días pasados en medios de comunicación, sin duda las cosas tomarán otro tono para varios actores y para el contralor universitario, pues su tarea parece que se perfila a separar el agua potable del excremento.
Algunos de sus viejos compañeros de Economía se preguntan cómo fue que el buen Victorino Barrios haya logrado, una vez más, otro cargo que le asegura al menos diez años más de empleo.
En varias de las materias que necesitaban rigor matemático, reprobó y en otras más apenas alcanzó el piadoso seis de calificación.
Y la pregunta de los “64 mil” como se decía antaño es: ¿Cuándo las cuentas más elementales no le salgan en la auditoría, reprobará a quienes le reconozcan como reprobante en aquellas aulas?
A Victorino Barrios le envidian su “suerte”. Quienes le estiman, le han preguntado si se trajo alguna pata de conejo en su cartera, como le sugirieron las cubanas, para que la suerte no le abandonará nunca. Viajó tantas ocasiones a la Isla, que su familia piensa que él tiene gratos recuerdos y varias fiestas que celebrar cada año.
Parece priista, dicen otros a sus espaldas. El Contralor Barrios, cual chapulín, brinca todas las tormentas, pues antes protegió al régimen tricolor en la entidad. Ahora goza de una especie de fuero que nadie entiende, pero manda señales claras de que necesita autorización de alguien. Entonces, no puede decidir por cuenta propia. Eso preocupa a propios y extraños.
Sus contemporáneos no se cansan de hacer sumas, restas o cálculos econométricos, para saber cómo logró esconderse en la trastienda de varios periodos legislativos estatales para acusar o guarecer a quien le conviniera.
Es cierto que también algunos personajes que le conocen de cerca le envidian que mientras hacía su doctorado en la candorosa isla de Cuba, viajaba constantemente para “dizque” atender sus avances de tesis y, de paso, aprovechaba para recibir las bondades del calor caribeño, como solía presumir entre sus amigos de confianza. Victorino Barrios dice que tiene suerte y que siempre “se ha portado bien” cuando le obligan a ello las convenientes circunstancias.
Los compañeros de banca que supieron de su época de estudiantil en la entonces la Escuela de Economía de la UAEM, no dejan de sorprenderse cómo un estudiante que se fue a extraordinario en varias materias clave, pueda ahora ser el presunto contralor de la Universidad. ¿Será que en la Isla de Cuba aprendió cómo sustituir el conocimiento académico con la imposición? Esto muchos se lo preguntan.
Otro asunto que comienza a llamar la atención es el hecho de entender si efectivamente Victorino Barrios puede ser considerado “externo” a la máxima casa de estudios.
Es sabido que él ha presumido trabajar para la UAEM desde hace muchos años en varias Facultades como docente. Aparte de ser egresado de la misma institución y de haber impartido docencia durante varios años, ¿realmente estamos frente a un Contralor externo, ajeno a intereses de todo tipo? ¿Será que ha llegado a defender, como acostumbra, a los de su grupo de interés?, eso sin duda en breve se sabrá: HASTA AQUÍ MIS LINEAS…
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