EL VALLE DEPORTIVO
- Pedro Eric Fuentes López
- 19 febrero, 2019
- Columnas
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Una vez que me percate de la gran importancia que tenía para propios y extraños la actividad de la maratón, comprendí que la actividad física no solo pasa por el tema de la salud sino también, y por mucho, por la salud mental, que es la que da el aliciente para entregar alma, vida y corazón por el deporte en cualquiera que sea la disciplina y gusto de cada individuo. Pero si existe una que data de muchos años y que su fortaleza radica en que en cada ocasión es mayor la entrega y la disposición a la hora de enfrentar al asfalto y con ello todas sus condiciones, entonces es de suma importancia tener todos los elementos para alcanzar la meta al final de los 42 kilómetros 195 metros.
Con esta edición han transcurrido 37 ediciones que han tenido color, garra, coraje, entrega y mucha, mucha pasión por las principales calles de la capital de la república mexicana, que dicho sea de paso se ha desvivido con este magno evento de corte internacional, y que no por nada México cuenta con la categoría oro en toda América Latina de este magno evento realizado año con año con elevadas y expectativas, primero, de desarrollo deportivo y a la par del impacto social que atrapa a miles de corredores de todo el mundo y a otros más de aficionados que enloquecen por su aporte a familiares y amigos que computen contra sí mismos en muchas ocasiones.
El tema de la competencia pasa por el grupo selecto elite, es decir, por aquellos atletas de alto rendimiento que buscan afanosamente cruzar la barrera de la distancia en el menor tiempo posible y que zancada a zancada, es como si fueran dejando fuego entre cada una de ellas y por consiguiente, su único acto de amor propio es llegar a la meta y consagrarse como primer lugar. Pero también están quienes más allá del alto rendimiento, someten sus cuerpos y mentes a una total entrega de superación absoluta por medio de correr y cruzar sus límites mediante la capacidad, insisto, no solo física sino mental, la verdad no cualquiera puede concluir esta extenuante distancia y menos en condiciones favorables. Conozco muchos amigos y amigas que terminan, si bien les va, con ampollas, con dolores de rodillas y evidentemente un cansancio tremendo. Por supuesto, hay quienes pareciera que no les pasa nada, pero son los menos y quienes infortunadamente toman este reto como motivo para obtener una recompensa a su lucha, que dicho sea de paso no es mala pero no es para todos.
Hace muchos años que comenzó esta historia que se ha convertido y consolidado en el sueño de miles de compatriotas y extranjeros, quienes no claudican en buscan y obtener una inscripción que les garantice estar entre los mejores guerreros de las calles capitalinas, con los consabidos cambios climatológicos y la ola de personas que inundan las arterias de la ciudad, realidad que lo hace más vistosa aún y que, al cabo de unas horas cruzar la meta es la única condición de ser considerado como ganador, inclusive más allá de estar en el pódium.
Así que todo está previsto para que se lleven a cabo tanto el medio maratón y maratón de la Ciudad de México 2019 que se realizarán el 28 de julio y el 25 de agosto, respectivamente, garantizando por parte de los organizadores conservar la calidad de ambos eventos e incluso mejorarla y obvio superarla.
Hoy más que nunca queda claro que la superación física y mental constante son el parteaguas de un crecimiento y desarrollo de la Cultura Física, del deporte, de la salud y de la educación, porque cuando esto converge a gran escala, sin duda se obtienen resultados y beneficios para la población en general. Edificar y mantener un top mundial en aras de la promoción deportiva a través de estos magnos eventos debe darnos cuenta de la integración cada día de más, nuevos y mejores baluartes, quienes ávidos de contar con escenarios mundialistas y tratar de alcanzar sueños de gloria deportiva, hacen que valga la pena el sufrido entrenamiento, la abominable condición de la dieta, cambios y tener que restaurar en muchos momentos los hábitos y enfrentar el reto personal y profesional añadido a la cuenta del deportista. Conozco infinidad de amigos, colegas y más, que apuestan por este tipo de eventos con la clara consigna de elevar su condición humana a través del deporte y esta magnífica oportunidad de hacerlo es única y formidable. No pasa simplemente por querer estar en la ola humana de corredores, o intentar colgarse una medalla alusiva, noooooo, el tema es que es un estilo de vida y se convierte en necesidad de seguir soñando, de construir y elevar a cada paso un mejor entorno social y deportivo.
Desde este espacio, mi más amplio reconocimiento a aquellos corredores que ven esta bella especialidad del atletismo sus ganas de vivir y transmitir al mundo entero, de que el deporte puede y debe ser, no una opción sino un estilo de vida. Enhorabuena y que tengan mucho éxito todos aquellos que tomen parte en estos eventos
Y son precisamente mis ganas de seguir viviendo y transmitir, que me guardé estas líneas al final del Valle, porque este martes 19 de febrero es de mucha nostalgia para mí. Hace 21 años se me adelantó mi señor padre al viaje eterno dejándonos a mi familia y a mí enseñanzas y aprendizajes del más alto grado. Desde su partida, nada!, absolutamente nada ha sido igual, pero la lección de vida jamás ha pasado desapercibida y mucho menos por el legado, que dentro de ese precepto hubo uno en particular: luchar hasta el final!
Y así ha sido. Descalabros, errores, sendos yerros, consecuencias y otras tantas vicisitudes que por momentos me han doblegado, pero que a resumidas cuentas son eso: aprendizajes que van acompañados en muchos momentos de lágrimas, de sinsabores, de caídas y grandes tropiezos, pero también de un sentimiento eterno de agradecimiento por lo que recibí junto a mi familia. Hoy a pesar de todos los pesares, sigo en pie de lucha más no de guerra, defiendo con cabalidad mis ideas sustentadas desde casa, pasando por las aulas y en la práctica profesional. Soy un agradecido en su totalidad y en cada respiro tengo un dejo de su esencia y lo traslado día a día tratando de no rendirme. A veces, muy a menudo me doblo y duele hasta los huesos, pero recuerdo su mirada categórica bajándose sus gafas y diciéndome: “…pase lo que pase…tienes que seguir…” (snif) te llevo tatuado en cada poro de mi ser. Te amo Papá!
Pásenla bien!