SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA CONTRA INUNDACIONES
- Luis Eduardo Mejia Pedrero
- 22 agosto, 2022
- Columnas
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En pasadas columnas he hecho referencia a las “soluciones basadas en la naturaleza” para corregir lo que el desarrollo urbano descontrolado ha provocado en el ciclo urbano del agua. Lo anterior lo traigo a colación pues en los últimos días, se han presentado lluvias torrenciales en el Valle de Toluca que han generado grandes encharcamientos y afectaciones a infraestructura y vialidades.
Debemos de referenciar que en los últimos veinte años se registraron 7,348 desastres en todo el mundo, cobrando aproximadamente 1.23 millones de vidas, un promedio de 60,000 por año, y afectaron a más de 4,000 millones de personas. En promedio, se produjeron 367 desastres cada año, la mayoría de los cuales fueron inundaciones y tormentas (44 % y 28 % respectivamente).
En América Latina y el Caribe fenómenos naturales relacionados al agua, como las inundaciones, producen anualmente cuantiosos daños, agudizando las diferencias sociales y limitando o impidiendo el desarrollo social y económico de las naciones, situación que se hace cada vez más compleja por el impacto del cambio climático.
La reducción del riesgo de desastre es un enfoque orientado a la prevención de nuevos riesgos, a la reducción de los riesgos actuales y a la gestión del riesgo residual (antes, durante y después del desastre), con la finalidad de contribuir a fortalecer la resiliencia de las comunidades.
De manera convencional, la mayor parte de los países en el mundo han optado por grandes obras de infraestructura para prevenir riesgos, por ejemplo, la mayoría de las ciudades desarrolladas y en vías de desarrollo disponen de tuberías y sistemas de bombeo para evacuar las aguas de lluvia y residuales de las urbes o la construcción de miles de kilómetros de diques de protección (en ríos, estuarios y costas) para la reducción de inundaciones.
Sin embargo, en los últimos años se ha reconocido en gran medida la importancia de los ecosistemas y sus servicios en las estrategias para reducir los riesgos derivados de fenómenos naturales, particularmente en contextos urbanos. A este enfoque se le conoce como reducción de riesgos de desastre basada en ecosistemas (Eco-DRR por sus siglas en inglés), el cual se puede definir como: “La gestión, conservación y restauración sostenibles de los ecosistemas para reducir el riesgo de desastres, con el objetivo de lograr un desarrollo sostenible y robusto”.
Los ecosistemas contribuyen a reducir el desastre de múltiples formas, por ejemplo, sistemas como los manglares actúan como una barrera natural de protección costera ante inundaciones, huracanes, erosión y cambios en el nivel del mar. Asimismo, estos ecosistemas han sido reconocidos por su capacidad de secuestrar y almacenar carbono, ayudando a la mitigación del cambio climático.
Los servicios que proveen los ecosistemas también contribuyen a aumentar la resiliencia de las comunidades, ayudando a impulsar la recuperación posterior a un desastre, mediante elementos como la provisión de alimento y agua limpia durante las emergencias.
En la búsqueda de reducir los riesgos es indispensable la combinación de las obras de ingeniería convencional con estrategias para conservar e imitar los procesos naturales o Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN), ya que entre los aspectos que pueden gestionarse mediante SbN se encuentra la disponibilidad de agua, su calidad y los riesgos asociados a la misma. Por ejemplo, son numerosas las soluciones de infraestructura verde para la gestión del agua, como la construcción de humedales e instalación de pavimentos permeables para la moderación de fenómenos meteorológicos extremos.
PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE
La laguna de Ojuelos empieza a almacenar agua pero solo la proveniente de la lluvia que se precipita dentro de ella. En un recorrido me percaté que no recibe aportaciones por parte de la tubería que anteriormente la alimentaba de la derivación del río Chiquito y que por las inadecuadas obras de alcantarillado de la colonia La Deportiva en Zinacantepec, se mezclaron aguas residuales. Recuerden #SalvemosOjuelos.
Reciban un abrazo de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Instagram @mejiapedrero Twitter @cuencalerma o por Facebook.