La última del año 2025 

Por: Julián Chávez Trueba 

A mitad de la semana

Queda esta nota para la reflexión de lo que hemos vivido a lo largo del año. Debemos primero, agradecer todas aquellas circunstancias y personas que se cruzaron en nuestro camino para que hoy estemos vivos, sanos y con amor. Muy por encima de cualquier rendimiento personal existe un factor determinante que nos colocó en esta circunstancia y que, hay que decirlo con humildad, no dependió exclusivamente de nosotros.

Los récords olímpicos del atletismo ayudan a entenderlo. El histórico registro de Usain Bolt, por ejemplo, contó con viento de cola, un factor externo que le permitió superar la marca previa de Florence Griffith Joyner en los 100 metros planos. Otro Ejemplo de humildad: de más de 18 mil aspirantes a astronautas en 2017, solo 11 lograron graduarse; y aun suponiendo que en una corrida estadística se agregue apenas un 5 por ciento de suerte, el resultado es revelador: tan sólo 1.6 de ellos habrían sido seleccionados únicamente por sus habilidades, sin considerar el azar como factor determinante.

Esto obliga a entender que, además —o incluso a pesar— de nuestro esfuerzo, una buena parte del éxito que alcanzamos se explica por la circunstancia, por las personas que nos rodean y por la buena fortuna.

Pensar que no merecemos del todo lo que tenemos, que quizá no hemos hecho lo suficiente y que alguien más podría estar en nuestra misma posición, pero sin que la fortuna le haya sonreído pese a su mayor empeño, es un ejercicio de honestidad intelectual. Esa reflexión nos empuja a hacer más: por nosotros, por los demás, por nuestro trabajo y por nuestras relaciones. Si mucha de nuestra realidad es fortuna, agradezcamos ese buen azar y participemos activamente en la buena fortuna de todos.

De política en el 2025, poco que decir en este cierre: hace falta mucho más estudio y profundidad en cada acción de gobierno y en las iniciativas de reforma. En el plano geopolítico, el sistema chino se fortalece sin disimulo y nada parece detener la pérdida de valor del dólar; los grandes negocios, querámoslo o no, vendrán de Asia.

En lo local, el cierre es redondo con el triunfo de los Diablos Rojos del Toluca, ejemplo claro de que sin grandes reflectores, pero con talento y buena estrategia, se pueden lograr cosas enormes. Ojalá llegue el tricampeonato. Felicito también a los Tigres, un equipo enorme; si Toluca ganó, también fue por esa buena fortuna que acompaña al esfuerzo, porque el talento de ambos planteles es, sin duda, equiparable.

Agradezco a mis amigos columnistas, periodistas y reporteros de EL VALLE, que hacen posible la fuerza de este periódico, sostenido pese a adversidades, presiones económicas y políticas. Gracias a mis amigos de imprenta, marketing, publicidad y difusión; pero, sobre todo, a mi director, José Elías Nader Mata, quien me invitó a escribir hace más de 21 años. Sé que fue un año especialmente complicado para él, pero pondré mi granito de arena para que el siguiente sea mil veces mejor. Sin todos ellos, no podría disfrutar el privilegio de escribirle al público.

Gracias a mi familia, los primeros críticos de mis columnas; a mis amigos que siempre me ayudan y advierten; a Ale, a Pitel que me animan y tranquilizan; y, especialmente, a quienes me hacen el honor de leerme: a mis amigos en las redacciones de gobierno, a mi amiga Rosa en el IEEM, a mis amigos en la UAEMex, en Derechos Humanos, en el Poder Judicial; a quienes interactúan conmigo en redes, a quienes se interpelan con mis comentarios, a quienes me han bloqueado —este año fue solo uno—, y a quienes me cuestionan y hacen más grande este espacio.

A todos ellos y a usted, amable lector, les deseo una excelente Navidad y que el próximo año, 2026, sea redondo para todos. Muchas felicidades.