Reconoce Xóchitl Flores a seis olivicultores chimalhuaquenses
- Eduardo Muñoz
- 10 diciembre, 2025
- Municipios
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Chimalhuacán, Méx.- La Feria del Olivo y la Aceituna 2025 cerró sus actividades con una ceremonia donde la presidenta municipal, Xóchitl Flores Jiménez, reconoció a las nuevas generaciones de olivicultores que garantizan la continuidad de esta labor ancestral.
La alcaldesa encabezó la entrega de reconocimientos a seis jóvenes productores dedicados al cultivo y transformación del olivo. Esta acción enfatiza la importancia de la visión moderna de la juventud con las técnicas heredadas de padres y abuelos.
En este sentido, expresó: “Esta feria representa orgullo y sabor, pero sobre todo representa la continuidad de nuestra identidad. El esfuerzo de estos jóvenes fortalece el nombre de Chimalhuacán a nivel nacional”.
Entre los jóvenes reconocidos se encuentran: José Isaac Buendía Granados, Ricardo Buendía Buendía, Rodrigo García, Luis Fernando Buendía Néquiz, Guadalupe Alonso Buendía y Ana Karen Buendía Buendía.
Entre los productos más demandados destacaron alimentos como tacos y tamales de aceituna, tortas de bacalao y romeritos, el tradicional ahuautle y el pato a la basura, ambos guisados representativos de la identidad lacustre de Chimalhuacán.
La directora de Cultura, Guadalupe Isabel Reynoso Flores, puntualizó que esta edición proyectó la cultura y la historia de Chimalhuacán, y señaló que más de 50 artistas y elencos locales tuvieron presencia en el Teatro del Pueblo, fortaleciendo el talento joven del municipio.
Poco antes, en el museo Chimaltonalli, Flores Jiménez había destacado que celebrar al olivo representa un recordatorio del profundo orgullo que Chimalhuacán siente por su historia y su producción olivícola. Subrayó que el olivo, símbolo universal de paz, sabiduría y esperanza, ha echado raíces en el municipio desde hace siglos, convirtiéndose en un elemento invaluable de su identidad cultural.
Afirmó que esta tradición ha sobrevivido al crecimiento urbano gracias al compromiso de las familias productoras y, de manera especial, al papel fundamental de las mujeres en todas las etapas de la cadena productiva: cultivo, cosecha, selección y transformación artesanal.
Dijo que la producción de olivo en Chimalhuacán tiene raíces que se remontan a casi 500 años, cuando frailes franciscanos introdujeron el cultivo en la región, alrededor del año 1524. Gracias a las características salobres del antiguo Lago de Texcoco, el olivo se adaptó de manera excepcional al suelo mineralizado del municipio. Colonias como Los Olivos, San Lorenzo y Xochiaca resguardan ejemplares centenarios, algunos con más de 300 años de antigüedad, cuya producción ha pasado de generación en generación.




