uniRversO

Por Rocío Hernández Rogel

Recuerdo que en enero comencé a escribir para ustedes en este espacio y esta columna llamada uniRversO y lo incié hablando de un tema que hoy quiero retomar y es: la gratitud. Recientemente el Director del periódico El Valle José Elías Nader, me comentó que ahora escribiría cada lunes, cada semana; lo cual a mí me emocionó mucho e indudablemente mi corazón se inundó de profunda gratitud porque esto pueda ser posible semanalmente.

Por otro lado, el pasado jueves fue día de acción de gracias, sabemos que esta tradición no es de nuestro país, sin embargo, hoy conocemos más sobre ello, por algunos de nuestros paisanos que han vuelto a México y han adquirido esa tradición y la han compartido a sus raíces mexicanas o por las redes sociales y las películas o series que lo comunican.

Por estas dos razones quiero retomar este tema en las líneas de hoy. En lo personal es una fecha que me gusta mucho; sin embargo, no la practico como tal en casa, solo me tomo unos minutos del día para hacer una reflexión profunda y un momento para mí de gratitud. Revisar los momentos, las personas, las circunstancias, que fueron y que están en mi vida y por las cuales digo “GRACIAS”. Quiero proponerme para el siguiente año hacer algo más simbólico y acercarme un poco más a la acción.

Hoy quiero decirte que comienzan a ser fechas en donde de pronto las luces, el consumismo, las reuniones, las posadas, todo ello nos lleva a vivir todavía más de prisa que de costumbre y olvidamos hacer pequeñas acciones que hacen la diferencia en nuestra vida, como el sentirte agradecido. 

Justamente es primero de diciembre, a la mayoría de las personas nos funciona más comenzar ciertos hábitos cuando es inicio de semana o de mes, creemos que tenemos mucha más oportunidad de avanzar que si lo hacemos a mitad de semana o finales de algún mes, así que no hay pretexto para no iniciar; es lunes, es primero de mes, aunque sea el último del año, a partir de hoy puedes ir avanzando en cómo puedes transformar tu propia vida, tu propia realidad. Y son esos pasos que por muy pequeños que se vean, cuando se hacen de manera constante, siempre se ve la transformación.

Así que, quiero invitare a que puedas ir trabajando en el poder de la gratitud. Que cada mañana puedas levantarte con el propósito de decir gracias por un día más, porque pude abrir los ojos y saber que estoy viva/o y tengo salud.

Gracias porque tengo un empleo, una taza de café en la mano, dinero en mi bolsillo, mis ojos para ver el amanecer, mis oídos para escuchar el despertador, mis pies para caminar, mis manos para tomar las cosas, mi corazón que late, mi nariz que llena mis pulmones de oxígeno. Y después todo lo que pasó en tu día, incluso lo que no te gustó tanto, los desacuerdos y las malas pasadas, hasta eso también dile gracias, porque miraste en ti cosas que no mirabas o te recordó fortalezas que habías olvidado. Hasta llegar nuevamente a tu cama y agradecer por el día que termina y tienes un lugar caliente y cómodo donde pasar la noche.

Con esto no quiero romantizar la vida, quiero compartirte lo que a veces pasa desapercibido por el ajetreo del día a día o por querer lo que otros tienen o por las comparaciones, sabiendo que somos bendecidos, afortunados y abundantes por las cosas que están en nuestras vidas.

Nunca es tarde para empezar a vivir en gratitud. Tenemos que permitirnos abrirle la puerta a la sencillez y la humildad del corazón, que bastante falta le hace hoy a esta humanidad ensimismada.

No olvides formar la frase oculta dentro de todo el texto.

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