Vecinos de Fernandito exigen aclarar la muerte del pequeño

La Paz, Méx.- Familiares y vecinos del niño Fernando, de 5 años, asesinado el pasado 4 de agosto aparentemente en un domicilio de la colonia Ejidal El Pino, en este municipio, bloquearon la carretera libre a Puebla, a la altura del llamado “tubo azul”, para exigir a las autoridades de la Fiscalía de Justicia del Estado de México (FGJEM) y al juez que lleva la causa, que por ningún motivo dejen en libertad a Carlos “N”, Ana Lilia “N” y Lilia “N”, presuntos asesinos del menor.

Desde temprana hora, los manifestantes, con pancartas en mano, pidieron apoyo económico de los automovilistas para reunir el dinero suficiente y llevar a cabo el funeral de Fernando, quien fue secuestrado, torturado y finalmente asesinado de un golpe en la cabeza, luego que su madre no pudiera pagar una deuda de mil pesos a prestamistas de su colonia.

Indignados, los manifestantes pidieron a las autoridades del Estado de México realizar las pesquisas y aplicar todo el peso de la ley a los victimarios, quienes presuntamente acudieron  al domicilio de la víctima, en la calle Carmen Serdán, para exigir el pago de la deuda a la madre. Como ésta carecía de fondos, le advirtieron que se llevarían al pequeño y lo “devolverían” cuando la mujer saldara la cuenta.

La madre, angustiada, acudió a la casa donde tenían a su hijo, pero se lo negaron en repetidas ocasiones, así que denunció los hechos ante la FGJEM, que de inmediato tomó cartas en el asunto y capturó a los plagiarios y posibles infanticidas.

La presidenta municipal de La Paz, Martha Guerrero Sánchez, ofreció su apoyo “moral” y jurídico a la familia Gómez Santiago a través del sistema DIF, señalando que estaría pendiente de los acontecimientos para resolver el caso conforme a Derecho.

Y mientras los tres presuntos infanticidas rendían su declaración preparatoria en los Juzgados del Bordo de Xochiaca, en Neza, amigos y vecinos de la víctima instalaron una pequeña carpa en la casita que habitó el menor, anunciando que cooperarían para la compra de pan, café y azúcar que ofrecerían a quienes acudieran al velorio.

Allegados a la madre hicieron un llamado a la alcaldesa de este lugar para sufragar los gastos del sepelio, ya que, dijeron, la familia del niño asesinado vive en extrema pobreza.