Arraigo ancestral, Xitas de Temascalcingo agradecen por la lluvia

Temascalcingo, Méx.- Con danzas llenas de energía, máscaras coloridas y un profundo sentido de identidad cultural, los tradicionales Xitas o Viejos de Corpus Christi volvieron a tomar las calles de Temascalcingo este año, en una de las festividades más representativas del norte del Estado de México, con la danza de este año agradecieron por los alimentos, trabajo y la lluvia.

Cada año, durante la celebración del Corpus Christi, cientos de danzantes conocidos como Xitas se visten con trajes llamativos, sombreros de palma decorados con flores de papel y máscaras talladas en madera que representan ancianos, diablos, animales o personajes míticos. Con sus sonajas y pasos rítmicos recorren las calles del municipio como parte de una tradición que combina elementos religiosos, agrícolas e indígenas.

En esta ocasión, el desfile y danza de los Xitas inició desde muy temprano en sus respectivas comunidades, conocidas como “cuadrillas”, que pertenecen a diferentes barrios del municipio: Santiago, San José, El Calvario, San Miguel, entre otros. Cada cuadrilla camina y baila al ritmo de la música de banda o tambora, encabezados por un caporal que marca el paso y guía el grupo.

Los Xitas se concentraron primero en puntos clave del pueblo, como el puente del río Temascalcingo, donde se dio el primer encuentro entre cuadrillas. A lo largo de la mañana avanzaron por calles empedradas hasta llegar al centro histórico del municipio, donde se celebra una misa especial en la parroquia de San Miguel Arcángel.

Durante el trayecto, los danzantes realizaron breves paradas para ejecutar coreografías, lanzar gritos rituales o interactuar con el público en tono festivo, a menudo provocando risas o sustos ligeros entre los espectadores.

Una vez en la plaza principal, las cuadrillas rindieron homenaje al Santísimo Sacramento en el marco del Corpus Christi. Allí, las danzas se intensifican y se aprecia la riqueza visual de los trajes y máscaras, mientras la comunidad se reúne para compartir comida típica, como tamales, atole, tlacoyos o pan de feria.

De acuerdo con los residentes, el recorrido de los Xitas no es sólo una peregrinación festiva, sino una representación simbólica de la fertilidad de la tierra, la renovación de los ciclos agrícolas y la fuerza del sincretismo entre lo indígena y lo católico. Para los mazahuas de la región, participar como Xita es un acto de identidad, devoción y pertenencia.

Autoridades municipales y estatales reportaron una afluencia significativa de turistas y expresaron su reconocimiento a las comunidades indígenas que han preservado este rito por generaciones. También se desplegó un operativo especial de seguridad y limpieza para garantizar el orden durante los festejos.

La fiesta de los Xitas de Temascalcingo, no sólo es un espectáculo visual y sonoro, sino también un patrimonio cultural vivo que en 2025 continúa resistiendo al paso del tiempo, fortaleciendo el sentido de comunidad y celebrando la diversidad del México profundo.