¡Sin cables, sin límites! México conmemora el Día Mundial del Wi Fi

México.- El próximo 20 de junio celebramos el Día Mundial del Wi‑Fi, una fecha ideal para recordar cómo esta señal inalámbrica pasó de ser un experimento a convertirse en la columna vertebral de nuestra vida digital. “El Wi‑Fi democratiza el acceso a la información”, apunta Norberto Maldonado, experto en tecnología y explica, “…lo diseñaron en 1997 para liberarnos de los cables en oficinas y hogares; hoy conecta clases en línea, teleconsultas médicas y hasta conciertos virtuales”.

En aquel primer estándar, (el IEEE 802.11), el Wi‑Fi ofrecía apenas 1 Mbps de velocidad, que solo es suficiente para leer correos o navegar en redes sociales -si se tiene mucha paciencia-, pero impensable para ver videos en alta definición o para que varias personas compartieran la señal al mismo tiempo. A partir de ese momento cada nueva generación de Wi-Fi ha multiplicado esa cifra, hasta llegar a las decenas o incluso cientos de megas que disfrutamos hoy en hogares, oficinas, cafés y plazas públicas.

Se calcula que en México más de 107 millones de personas (el 83 % de la población) tiene acceso a Internet, y la mayoría se conecta vía Wi‑Fi en sus casas o en el celular. Detrás de esa señal inalámbrica suele haber fibra óptica, un conjunto de delgados hilos de vidrio que transportan datos a la velocidad de la luz y sirven como columna vertebral de las redes Wi‑Fi, pues llevan la conexión ultrarrápida desde los centros de datos hasta los routers de los hogares y las antenas públicas.

En América Latina en conjunto, sin embargo, poco más de seis de cada diez hogares cuentan con banda ancha fija, lo que deja a casi un tercio de las familias sin una conexión estable. La fibra óptica llega al 78 % de las zonas urbanas mexicanas, pero apenas al 16 % de las rurales, lo que significa que en ciudades como Ciudad de México o Monterrey se navega a 100 Mbps o más, mientras que en muchos pueblos de Guerrero o Chiapas la señal es intermitente o inexistente. “En comunidades alejadas, el Wi‑Fi puede ser la única ventana a la educación, la salud y el empleo”, señala Maldonado.

Si comparamos a México con el resto del mundo, el panorama muestra áreas de oportunidad. En mayo de 2025, el promedio de descarga en redes fijas en nuestro país fue de 35 Mbps, ubicándonos en el lugar 60 de 180 en el Speedtest Global Index, muy atrás de líderes como Singapur (220 Mbps) o Suecia (175 Mbps). En banda ancha móvil, promediamos 25 Mbps, mientras que otras naciones superan los 80 Mbps sin problema.

La buena noticia es que ya está entre nosotros el Wi‑Fi 6 y su versión 6E, que prometen hasta tres veces más velocidad, reducen el retraso al navegar y soportan muchos más dispositivos conectados al mismo tiempo gracias a tecnologías como OFDMA y MU‑MIMO. Con la nueva banda de 6 GHz, el Wi‑Fi 6E puede alcanzar teóricamente hasta 9.6 Gbps, ideal para realidad virtual, cámaras de seguridad y centros de datos domésticos, y hace que las videollamadas y los juegos en línea sean mucho más fluidos.

En el frente gubernamental y del sector privado, se proponen subsidios para que los proveedores implanten Wi‑Fi 6 en zonas marginadas, incentivos fiscales para redes comunitarias y alianzas con empresas para instalar puntos de acceso gratuitos en escuelas, bibliotecas y plazas públicas. También se plantea crear fondos para becas que capaciten a técnicos rurales y financiar laboratorios ciudadanos de conectividad que funcionen como centros de apoyo local.

Sin embargo, Maldonado destaca que no basta con poner el servicio: “Hay que entrenar a la gente para que mantenga los equipos, actualice el software y proteja sus redes de ataques”. Si queremos que México juegue de tú a tú en la economía digital, debemos ver la conectividad como inversión en la gente, no solo en la infraestructura. “Invertir en Wi‑Fi es invertir en la creatividad y el talento de millones de mexicanos”, subraya Maldonado.

“En este Día Mundial del Wi‑Fi entendemos que la verdadera señal de progreso no se mide en megabits por segundo, sino en cuántas vidas transformamos al llevar Internet a cada rincón; porque una sociedad conectada es una sociedad con más oportunidades y menos desigualdades”, concluye.