
A mitad de la semana
- Julián Chávez Trueba
- 10 junio, 2025
- Columnas
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La advertencia a al Poder Judicial
Por: Julián Chávez Trueba
Las elecciones judiciales, sin importar la opinión sobre su éxito, han entregado resultados que, esperados o no, son un hecho. Ahora contamos con un grupo de nuevos abogados electos para ocupar puestos cruciales en la administración de justicia.
Lo más relevante de esta nueva etapa es la conformación de un Consejo de la Judicatura con atribuciones significativas, que se transformará en el Tribunal de Disciplina. Este órgano estará integrado por un comité encargado de supervisar la conducta de todos los juzgadores, es decir, tendrá la facultad de dictaminar qué acciones son permitidas y cuáles no para jueces y magistrados.
Esta situación abre una posibilidad preocupante. Si bien ya existía el mecanismo para presentar quejas contra el actuar de un juzgador, estas solo prosperaban en casos de faltas flagrantes a los principios del derecho, omisiones muy básicas o actos de corrupción claramente notorios. Esto dejaba un amplio margen para la especulación y el análisis jurídico.
Ahora, esa flexibilidad podría desaparecer. Parece que cada decisión estará bajo el escrutinio de este comité, cuyos miembros lamentablemente deben su cargo a quienes los impulsaron y fortalecieron en las recientes elecciones.
Parece improbable que su actuación sea completamente imparcial, pues su función se asemeja a la del Fiscal General. A pesar de que el deber de este último es investigar todos los delitos, en la práctica prioriza solo aquellos de interés para los dirigentes gubernamentales. En este contexto, una reforma judicial que garantizara la independencia real del titular de las fiscalías habría sido beneficiosa, permitiendo investigar a fondo cualquier línea jurídica sin importar las sensibilidades políticas o las autoridades involucradas.
El escenario actual obligará a jueces y magistrados a adherirse a la línea dictada por el Tribunal de Disciplina. Si el derecho ya es de por sí cada vez más complejo, esto representa un nuevo reto para todos los juzgadores.
Felicito a todos aquellos que asumirán esta gran responsabilidad. Sin duda, serán un orgullo para nuestra sociedad, especialmente cuando logren superar las complejidades que se les presentarán.
Deseo que sigan viendo al pueblo como su propio pueblo y que ignoren la politiquería que los rodeará. Al fin y al cabo, como abogados, juraron seguir la ley a toda costa, priorizando siempre la justicia. Si estos dos conceptos entran en conflicto, la justicia deberá ser siempre su elección.