EL VALLE DEPORTIVO

Pedro Eric Fuentes López

El deporte sirve a la sociedad proporcionando ejemplos vívidos de excelencia.

La magia del deporte a cualquier escala y/o definición es un pilar fundamental para el desarrollo deportivo de cualquier país. Facilita el comercio, el turismo, la conectividad y, entre otras tantas aristas, hasta la inversión extranjera. Todos sabemos que México, por su ubicación geográfica estratégica entre América del Norte, América Latina y Europa, tiene el potencial de convertirse en un terreno de clase mundial. Sin embargo, pese a ciertos avances notables, seguimos enfrentando diversos retos estructurales y operativos que limitan su competitividad en el sector a nivel global.

Por lo que se refiere a la infraestructura deportiva nacional, uno de los principales obstáculos ha sido la falta de instalaciones suficientes, modernas y equipadas. El país cuenta con deficiencias estructurales, operativas, de mantenimiento y por supuesto gerenciales y directivas. Para ser más competitivo, México necesita un sistema deportivo nacional que funcione de forma integrada, con inversiones en equipo multimodal y tecnología de punta. Adicionalmente, es importante recalcar que el deporte federado necesita certidumbre a partir del establecimiento de políticas públicas claras y sostenibles. Nuestro país, ha enfrentado constantes cambios en las políticas públicas relacionadas con el deporte, desde la pseudo regulación de alternativas de creaciones “innovadoras” hasta decisiones unilaterales que han afectado la operatividad de planes, proyectos y programas, ocasionando una terrible y voraz degradación de varias disciplinas evidenciando claramente debilidades regulatorias y operativas que deben corregirse de fondo y forma.

Categóricamente creo que para avanzar, es imprescindible una política deportiva en los tres órdenes de Estado a largo plazo, alineada con estándares internacionales, que fomente la detección de talentos, su seguimiento e incursión en el plano internacional creando sinergia en temas de inversión, garantice educación y salud y finalmente que promueva bonanza y bienestar no sólo en el sector sino en el resto de las actividades cotidianas de las familias. Otro factor clave es el capital humano. El deporte debe y tiene -obligadamente- que contar con personal capacitado, pero se necesita ampliar la formación técnica, especializada y hasta bilingüe en todas las áreas deportivas de competencia y formación. La creación de más centros de formación de clase mundial y alianzas con universidades e instituciones internacionales es fundamental.

Tema no menos importante es enfocarse en atender los criterios de sostenibilidad; a partir de la implementación de políticas públicas de Estado en la materia, el deporte nacional debe sumarse activamente a la transición hacia una política pública más sostenible, incentivando, renovando, modernizando procedimientos de detección de talentos infantiles y juveniles, y la implementación de tecnologías para las distintas disciplinas deportivas y erradicar eso de que sólo unas cuantas sean las favorecidas. Sigo insistiendo y refiriendo que México tiene lo más difícil: ubicación estratégica privilegiada, un mercado interno robusto, vocación deportiva y tratados comerciales clave. Pero necesita despegar con rumbo claro. Para lograrlo, se debe invertir, profesionalizar, planificar y comprometerse con estándares de alto nivel competitivo que impacte nacional e internacionalmente. El deporte mexicano en toda la extensión de la palabra y sus derivados puede y debe convertirse en un pilar fundamental para el crecimiento de nuestro país en otras diferentes áreas. Se podría dar la oportunidad a la creación de miles de nuevos empleos de calidad, bien remunerados; se fortalecería la investigación y el desarrollo tecnológico del sector a nivel nacional, se impulsaría el turismo; se tendría un sistema deportivo competitivo, claro y equilibrado con diversidad opciones de beneficio de los deportistas, atletas entrenadores, clubes, organismos, entidades, familias, etc., solo así se podrá reposicionar como un referente en las próximas décadas.

El deporte mexicano no necesita malas prácticas. Lo que falta es una gestión deportiva de control, de alto nivel que sepa hacia dónde dirigir el camino, pasito a paso.

Pásenla bien!!!