Lo que queda del sueño americano

En el mundo, se estima que más de 12.3 millones de migrantes son mexicanos. El 97%, es decir, más de 12 millones, reside en Estados Unidos (EE. UU.). Esto convierte a México en uno de los principales países expulsores de migrantes a nivel internacional, pues 1 de cada 23 migrantes en todo el mundo es de origen mexicano (BBVA, agosto 2024).

Según el “Anuario de Migración y Remesas México, edición 2024”, la población de origen mexicano en Estados Unidos se compone de tres generaciones: la primera (nacidos en México), la segunda (nacidos en EE. UU., con al menos un padre nacido en México) y la tercera (se identifican como mexicanos por su ascendencia). En 2023, se estimó que había 12 millones de la primera generación, 14.3 millones de la segunda y 13.6 millones de la tercera.

La estructura demográfica de esta población muestra diferencias significativas. El 85% de la primera generación tiene 30 años o más; el 49% de la segunda generación es menor de 20 años, y alrededor del 25% de la tercera generación es menor de 10 años. Además, la mediana de edad de la primera generación ha aumentado a lo largo del siglo XXI, siendo actualmente de 47 años para las mujeres y 45 para los hombres.

El 20 de enero de 2025, comenzó un nuevo periodo en la política migratoria de Estados Unidos con la toma de posesión de Donald Trump. En sus primeros días de gobierno, canceló el programa de asilo en su frontera sur y desplegó mil 500 soldados a lo largo de esta. Recientemente, el Departamento de Defensa aprobó el despliegue de mil 115 soldados más en la frontera suroeste de EE. UU., con México, para mantener un mayor control de la inmigración. Con este despliegue, se alcanzan casi 10 mil efectivos.

Además, hay alrededor de 8 mil 600 tropas federales estacionadas en la frontera. Dos Áreas de Defensa Nacional que se extienden a lo largo de 230 millas (370 kilómetros) entre Nuevo México y Texas, consideradas extensiones de bases militares.

En este contexto, el pasado mes de abril, el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró que cualquier persona que intente ingresar al país ilegalmente en esas zonas será detenida por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, y el Departamento de Defensa.

Como resultado de estas medidas, según cifras del Ejecutivo estadounidense, la migración irregular desde México ha disminuido a mínimos históricos con 7 mil 200 casos en marzo de 2025, frente a los 189 mil del mismo mes de 2024.

La idea de que Estados Unidos es una tierra de oportunidades y movilidad social ascendente parece cada vez más lejana. Las políticas migratorias más estrictas y las condiciones laborales que ponen en riesgo la vida de los trabajadores están convirtiendo el sueño americano en una pesadilla.

Aunado a lo anterior, el 22 de mayo se aprobó un impuesto del 3.5% a las remesas por parte de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos. Esto significa que las personas que envían remesas pagarán más, y las familias que cobran este dinero recibirán menos. Por ejemplo, si envían 100 dólares, se descontarán 3.5 dólares por el impuesto aprobado, además de la comisión que cobran las remesadoras en EE. UU., por la transferencia internacional.

Es importante destacar que este impuesto se aplicará a migrantes de cualquier nacionalidad en Estados Unidos que no puedan acreditar ciudadanía estadounidense y tengan una visa temporal. Los ciudadanos naturalizados y residentes permanentes no pagarán este impuesto. Si el Senado estadounidense aprueba esta reforma como se prevé, entrará en vigor en 2026.

Es necesario dejar atrás la romantización del sueño americano que presenta una visión idealizada y optimista de que cualquiera puede alcanzar el éxito y la prosperidad en Estados Unidos a través del trabajo duro. El sueño americano ha dejado de existir; la idea de que toda persona con habilidad, deseo y perseverancia puede llegar a la cima es una farsa. Aunque hasta la década de 1970 parecía funcionar así, las crisis económicas mundiales, como la de 2009, han acentuado las desigualdades e impedido el ascenso social (BBC, 2019).

La falta de empleo en el país, los salarios bajos y las pocas oportunidades de desarrollo son responsabilidad del gobierno mexicano. Hoy se lucha por un trato digno para nuestros migrantes, por mejores condiciones laborales en EE. UU., y por la anulación del impuesto del 3.5% a las remesas. Sin embargo, el verdadero problema no es ese y tampoco es nuevo. Es irónico pedirle a otro país que garantice lo que México no pudo ofrecer a su gente y seguir esperanzados en que vuelva el sueño americano porque el mexicano, no existe.