
CELEBRAR A NUESTRA MADRES
- Daniel Valdez García
- 10 mayo, 2025
- Columnas
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Daniel Valdez García
Hoy, 10 de mayo, celebramos en México el “Día de las Madres”. A diferencia de otras naciones que escogen un domingo cercano para esta festividad, nosotros lo hacemos en esta fecha específica. Desde que era niño, recuerdo cómo en la escuela nos preparábamos con dedicación para homenajear dignamente a nuestras madres. Uno de mis recuerdos favoritos es el poema “El brindis del bohemio”, que celebra a la mujer que nos da la vida y siempre está con sus hijos con amor y ternura.
Es evidente que muchas instituciones y comercios organizan eventos especiales para esta ocasión. Las familias, tanto nucleares como extendidas, planean desde desayunos hasta cenas para asegurarse de que el día no pase desapercibido. Los regalos, flores, abrazos, tarjetas y mensajes de amor se acompañan de besos tiernos y promesas de honrar a cada madre. Incluso se honra a quienes han fallecido, con flores en los panteones y misas en las que se pide por las madres vivas y las que ya no están. El día está cargado de emociones, desde la alegría hasta la nostalgia por aquellos hijos que no pueden asistir por diversas razones.
Quiero reconocer a todas las madres que han sabido cuidar de sus hijos, darles la vida, y acompañarlos en cada momento, feliz o difícil. A las madres que han sufrido la pérdida de un hijo, ofrezco mis palabras de consuelo: no están solas, Dios las acoge en su corazón. Admiremos a las madres resilientes y fuertes de fe, que enfrentan los desafíos con valentía. Sin duda, no existe madre que no desee la felicidad de sus hijos. ¡Benditas sean todas!
Unas palabras también para los esposos: aprecien los sacrificios de la maternidad y celebren a las mujeres que eligieron como madres de sus hijos. No se preocupen si no aciertan con los regalos; sean generosos y ofrezcan opciones para futuras sorpresas.
Alguna vez cuestioné por qué se regalan electrodomésticos a las mamás, pero ahora entiendo que la tecnología puede aliviar las tareas del hogar. Muchas madres profesionales igual comparten su tiempo para agradar a la familia con pequeños gestos gastronómicos.
El mayor deseo de una madre es estar cerca de sus hijos. Recuerdo el caso de una madre cuyo hijo estuvo injustamente encarcelado. A pesar de la distancia, cada llamada el 10 de mayo la reconfortaba. Años después, su hijo fue liberado y ahora celebran juntos. El amor de una madre hace posible lo imposible. No están solas en sus luchas.
Las madres disfrutan más de los éxitos de sus hijos que de los propios, siempre dispuestas a sacrificarse por su bienestar. Quisiera, como ustedes, que todos los hijos problemáticos se conviertan en personas íntegras. No pierdan la esperanza; confíen en Dios, que siempre escucha.
Hoy en día, muchos dicen que los jóvenes se equivocan al elegir parejas, pero no se centren en las críticas. Fomenten en sus hijos la visión más allá de las apariencias, enseñándoles a ser responsables de sus decisiones.
Finalmente, a las madres que han perdido a su pareja, las admiro por encontrar plenitud en sus nuevas circunstancias. Una mujer que enviudó puede encontrar en Jesucristo un esposo fiel que nunca falla. Entréguenle sus preocupaciones y él cuidará siempre de sus hijos.
Recordemos que los hijos son solo un préstamo; algún día emprenderán su propio camino. No los pongan entre ustedes como pareja, eso solo crea barreras. Déjenlos a un lado y permítanles volar libres. ¡Feliz Día de las Madres!