
SANAR HERIDAS DURANTE LA CUARESMA 14
- Daniel Valdez García
- 18 marzo, 2025
- Columnas
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Martes II de Cuaresma
Sacerdote Daniel Valdez García
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
En el libro del profeta Isaías 1, 10. 16-20, escuchamos cómo Dios llama a un pueblo pecador e injusto a convertirse a través de la purificación. Él asegura que, aunque sus pecados sean tan rojos como la sangre, se volverán blancos como la nieve, y aunque sean como la púrpura, serán como la blanca lana.
El Evangelio según San Mateo 23, 1-12, nos habla de la hipocresía de los escribas y fariseos. Jesús critica su exhibición de poder, haciéndose llamar “maestros, padres y guías”, y les recuerda que el verdadero liderazgo es servir a los demás, no servirse a uno mismo. Este enfrentamiento entre Jesús y los líderes prepara el camino para su pasión, y nos alerta sobre la tentación de actuar con vanidad y ostentación.
Muchas personas con poder creen que eso les otorga el derecho a guiar con arrogancia. Esto es común entre algunos políticos y figuras culturales. Las palabras de Jesús nos advierten sobre actuar para ser vistos o alabados. Ella seguirá siendo siempre una poderosa y sutil tentación para los humanos. Todos corremos el peligro de la vanidad, de la ostentación y de la pretensión de querer observar la Ley de Dios para ser vistos y alabados. El Señor, sin embargo, reserva su recompensa a los que hacen el bien por amor y sin buscar engañosos reconocimientos.
Además, hay sistemas que manipulan a la sociedad, como ciertas ideologías radicales o políticas internacionales que dividen en lugar de unir. Esto crea enemigos en vez de hermanos, como los falsos poderíos que enajenan y manipulan a las personas, como “la ideología wok”, “las políticas antinatalistas”, “la militarización de las naciones por razones de seguridad” y “las políticas expansivas del presidente Donald Trump para sanar la crisis económica de su país”. Estas cosas están dejando más herida a la sociedad que ya se encuentra desgarrada al ser polarizada.
Incluso en el ámbito religioso, algunos buscan prestigio y posiciones de poder. El Papa Francisco lo llama “carrerismo”. Recordemos que las peores guerras se han hecho en nombre de Dios. Evitemos el exhibicionismo, con sincera conversión busquemos sinceramente el bien común, porque la verdadera esperanza nunca defrauda (Cf. Romanos 5, 5).
Dice Madre Teresa de Calcuta: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”.
Amén, Señor Jesús.