¿Cómo llegamos al 8M?

Hasta ahora, ningún país ha logrado la igualdad de género. Si no actuamos ya, tardaremos 300 años para lograr la igualdad y 137 años en erradicar la pobreza extrema de las mujeres a nivel global. En México, por cada 3 mujeres que brindan cuidados, sólo un hombre lo hace. La tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral se reduce de 56.6% a 50.3% cuando tienen que cuidar a infancias o a personas con discapacidad, y “es posible que la paridad de género en los órganos legislativos no se alcance hasta 2063” (ONU,2025). 

En cuanto al mercado laboral, la brecha salarial de género, es decir, la diferencia entre los salarios de las mujeres y los hombres por el mismo trabajo es de 15%, esto significa que, por cada 100 pesos que percibe un hombre, una mujer gana 85 pesos en promedio. El Índice Global de Brecha de Género 2024, realizado por el Foro Económico Mundial, ubica al país en el lugar 119 de 146 economías en materia de disparidad salarial entre mujeres y hombres. Al ritmo que se avanza, tardaremos 257 años en reducir la brecha salarial a nivel global”.

En enero pasado, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública anunció que, 54 asesinatos de mujeres en México fueron catalogados como feminicidios. Se suman los casos de asesinatos de mujeres clasificados como homicidios dolosos, con 187 víctimas y homicidios culposos, con 266. La cifra total de los tres tipos de delitos equivale a 507 mujeres asesinadas durante enero de este 2025, lo que representa 16 asesinatos de mujeres por día, solo de las que se tiene registro.

A tan solo unos días de haber conmemorado el día internacional de la mujer, vale la pena recordar que en 2024, México eligió a Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de la república en su historia. Una frase que pronunció el 1 de octubre en su discurso de toma de protesta y que ha resonado es, “no llego sola, llegamos todas”, y una vez que se ha hecho un recuento de algunos datos del estatus de las mujeres a nivel mundial y a nivel nacional, preguntemos si en México ¿Realmente llegamos todas? O bien ¿En qué condiciones estamos llegando? En sentido literal la respuesta es no, porque Claudia Sheinbaum no es la síntesis de todas las pluralidades de mujeres que existen en el país, no obstante, es importante reconocer que una mujer llegue a la presidencia en una sociedad profundamente machista como la mexicana, donde a las mujeres se les sigue educando bajo la idea de que somos inferiores a los hombres o en los hechos, es lo que se refleja. 

Es innegable que hay un valor simbólico y político en decir que llegamos todas. Millones de mujeres que votaron por la actual presidenta y se sienten representadas por ella, esperan que con su arribo al poder las condiciones de vida sean mejores para todas.

Contar con cada vez más presencia femenina en diferentes espacios públicos y de toma de decisiones es una gran noticia, sin embargo, se debe estar alerta, pues muchas de las mujeres que llegan, ciertamente no lo hacen solas, las acompaña un séquito de hombres que en “tiempo de mujeres”, saben que la única manera de ejercer el poder es a través de ellas. Lo preocupante es darse cuenta que con tal de ocupar algún cargo de mayor nivel o trascendencia, haya mujeres que lo permitan.

No se trata de llegar por llegar. Tampoco de permitir que quienes tomen las decisiones sigan siendo una élite de hombres con capacidad de mover los hilos para que las mujeres ocupen los lugares que hasta ahora nos fueron negados. Las mujeres tenemos una tarea enorme, en nosotras está hacer un cambio real y profundo o bien, seguir doblegadas ante las decisiones de los “machos” de siempre que se rehúsan a dejar el poder y que están tan acostumbrados a ejercerlo que no conciben que en algunos casos, y de ahora en adelante, su papel no será el protagónico, será secundario. 

Existen diferentes vertientes de análisis del 8 de marzo, y es un hecho que la realidad no será distinta de un día para otro, pero desde el lugar que cada una ocupa, sigamos dando la batalla. Ni un paso atrás.