SANAR HERIDAS DURANTE LA CUARESMA 4

8 de marzo de 2025: Sábado después de Ceniza 

Sacerdote Daniel Valdez García

Amados hermanos y hermanas en Cristo Jesús. 

Ayer y antier he compartido que si revisamos el esquema completo de las misas de cuaresma, muchas veces se habla de sanar, es el motivo por el cual yo escogí esta temática, en lo cual no quiere decir que no mencione en algún momento muy puntual, los temas clásicos de conversión, penitencia, oración, ayuno y limosa. 

Hoy es el cuarto día de nuestra jornada Cuaresmal hacia la Pascua, un camino espiritual en el que Dios nos invita a abrir el corazón a la verdad.

En la lectura de Isaías 58, 9b-14, Dios advierte: “Cuando dejes de oprimir a los demás y deseches la amenaza y la ofensa; cuando compartas tu pan con el hambriento y ayudes al necesitado, tu luz brillará en la oscuridad, como el mediodía.”

El evangelio según Lucas 5, 27-32 relata cómo Jesús llama a Leví, conocido también como Mateo, un recaudador de impuestos: «Sígueme», luego él lo invitó a un banquete, a la crítica de los fariseos y escribas, Jesús responde: “Los que están sanos no necesitan médico, sino los enfermos. He venido a llamar a los pecadores, no a los justos, para convertirlos.” 

La salvación es iniciativa divina a la que el ser humano debemos responder. Mateo deja todo al recibir la invitación de Jesús, celebrando su nuevo camino y mostrando su deseo de enmendar su vida. El banquete al que asisten pecadores y el “Médico divino” marca un antes y después.

 El Papa Francisco nos recuerda: “La salvación llega cuando aceptamos nuestras imperfecciones y pecados. Experimentamos la paciencia y ternura de Jesús, quien nos transforma a través de su amor cuando dejamos atrás el rencor para vestirnos con paz y mansedumbre” (Homilía, 21 de junio de 2015).

Es importante recordar que las relaciones humanas generan heridas y la sociedad es a menudo exigente e indiferente. Eduardo Galeano, periodista uruguayo,  comentó que vivimos en una cultura que valora más el envoltorio que el contenido: el contrato de matrimonio por encima del amor, el funeral más que al fallecido, la ropa más que el cuerpo, el físico más que el intelecto, y la misa más que a Dios.

 Para sanar las heridas que nos ocasiona una sociedad exigente e indiferente, que valora mas la envoltura que el contenido, les comparto una lista de “medicinas” que no se venden en farmacias, sino que dependen de nuestras decisiones. Jesús es el médico, pero nosotros debemos tomar la medicina, tal como lhizo Mateo:

– El ejercicio físico es medicina.

– Ayunar es medicina.

– Comer alimentos naturales es medicina.

– Reír es medicina.

– Dormir lo suficiente es medicina.

– La luz del sol es medicina.

– Amar a los demás es medicina.

– Amarse a uno mismo es medicina.

– Practicar la gratitud es medicina.

– Perdónate a ti mismo y a los demás: es medicina.

– Meditar con respecto a nuestra vida es medicina.

– Mantener un buen estado de ánimo es medicina.

– Confiar en Dios y no solo en nuestras capacidades es medicina.

– Los buenos amigos son medicina.

– Beber suficiente agua es medicina.

– Tener un corazón en paz es medicina.

Amén, Señor Jesús.