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Por: Rocío Hernández Rogel

Llevamos ya muchos años unidas en un movimiento que se la ha conocido como el “8 M” y nos hemos distinguido con un color morado, que fue elegido como parte del símbolo que le otorga identidad a este movimiento y existen dos teorías por las cuales se le dio el color. La primera es la del “humo de color violeta” que ocurrió en 1908 a raíz del incendio de la fábrica textil “Cotton” en Nueva York, debido a las condiciones deplorables en las que trabajaban esas mujeres comenzaron una huelga con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales; se dice que dicho incendio fue provocado por el mismo dueño, para “callar y aquietar” la huelga, dejando como resultado entre 129 y 146 mujeres muertas.

La segunda teoría a la que llegaron dichos movimientos es que siempre se han etiquetado o estigmatizado a los sexos con el color rosa para las mujeres y el color azul para los hombres, entonces, combinando estos dos colores da como resultado el morado, simbolizando así, la igualdad de ambos sexos.

Bien, comenzamos con lo visual, ahora, qué es el feminismo; es un movimiento, social, político, cultural, que supone toma la conciencia de las mujeres formando un colectivo humano que provoca la acción de remover el abuso, la dominación y explotación de las que han sido y siguen siendo objeto de opresión económica, jurídica, sexual y psicológica, quiero aclarar que esta ha sido mi propia definición construida con base a los años que llevo inmersa en el estudio de estos temas y acompañando a algunas mujeres con temas de violencia, así como participando para y con Asociaciones Civiles y Fundaciones que están comprometidas con el desarrollo y crecimiento del empoderamiento de la mujer, principalmente para salir de entornos violentos.

Ahora ya un poco más claros en esta primera y segunda parte, porque creo que si no nos informamos bien, por eso nos dejamos llevar por cualquier rumor, sobre todo por quien nos dijo “algo” que solo alcanzó a “medio oír” porque ni siquiera escuchó, gran diferencia, ¿no crees?

Y hoy me permito compartirte de este tema e iniciando de esta manera, porque desafortunadamente se ha desvirtuado dentro de la sociedad dicho movimiento, sé que el enojo transformado en rabia, la tristeza en depresión, la angustia en desesperación no nos vienen bien y nos hacen pensar y hacer de más y aunado a eso los grupos de choque que hacen sus apariciones para contaminar el verdadero objetivo de la marcha entorpeciendo así nuestros ideales y comienzan a etiquetarnos como: “locas”, “feminazis”, “viejas revoltosas” y más; y quiero decir que tienen toda la libertad de decirlo, al final es su derecho de expresión, pero deseo que si lo hace de esa manera, sea una persona intachable, que nunca ha faltado al respeto a nadie o que olvide que viene de una mujer, que nunca ha estado en una riña, que nunca ha sentido rabia, porque como dirían por ahí: “el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”.

En efecto soy consciente que no es prudente hacer destrozos, que tenemos que ser congruentes con lo que estamos pidiendo, ¡NO MÁS VIOLENCIA A MUJERES Y NIÑAS!, entonces, hermana, este mensaje es para ti directamente, ofrezcamos lo que estamos pidiendo, empatizo con tu dolor, con tu angustia, con tu rabia, pero mira el avance, lo estamos logrando, estamos abriéndonos camino y lo mejor, les estamos abriendo camino a nuestras niñas y nosotras sabemos hacerlo, porque nuestra energía femenina tiene ese toque para que la causa cumpla el objetivo, conecta con ella. 

El movimiento lleva sentimientos encontrados, pero no olvides para qué lo comenzamos.

Y para despedirme, este es un recordatorio a los hombres, este movimiento no es una guerra contra ustedes, también gritamos para liberarlos de un patriarcado que ya no es funcional y les ha pesado por muchos años.

¡Nos queremos libres y sin medio! Y lo vamos a conseguir.

Siempre hay algo para compartir, yo soy Ro y puedes seguirme en mis redes sociales y enviarme tus opiniones a:  @elblogdero x: @LaRoHRoo  que con gusto voy a leer, no olvides formar tu frase.