EMERGENCIAS Y URGENCIAS 53

27 de febrero de 2025

Sacerdote Daniel Valdez García

Queridos hermanos y hermanas,

Les presento la reflexión número 53 sobre “Emergencias y Urgencias”, un tema en el que conecto las lecturas bíblicas con situaciones cotidianas muchas veces relacionadas con cuestiones clínicas.

Hoy es Jueves Eucarístico, Sacerdotal y de Amor al Prójimo, a tan solo un día de concluir febrero y a seis días de comenzar la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza. Será un tiempo de sanación, ya que todos llevamos heridas. Dios nos necesita sanos y santos para ayudar a un mundo enfermo y pagano.

En el evangelio de Marcos 9, 41-50, Jesús enseña a sus discípulos que cualquier pequeño acto de bondad no quedará sin recompensa, al tiempo que advierte sobre el peligro de ser escándalo para los demás. Nos invita a eliminar de nuestra vida lo que nos aleja de Dios, comparando la persecución y la pureza a la sal y el fuego. Se nos llama a ser como niños: humildes y sencillos, practicando la caridad y evitando escándalos para mantener la fidelidad a Cristo y su Evangelio.

En el caso de los pacientes, es importante entender que la falta de apego al tratamiento médico puede generar efectos negativos en su salud y calidad de vida, así como en el sistema de salud. Los pacientes con tratamientos para enfermedades como la diabetes a menudo ignoran la importancia de modificar hábitos alimenticios, lo que puede ser perjudicial.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera prioritaria la adherencia a los tratamientos, ya que su falta provoca fracasos terapéuticos, mayor hospitalización y costos sanitarios elevados. Olvidar, malinterpretar o abandonar prematuramente un tratamiento son riesgos comunes que deben evitarse.

Disponemos hoy en día de medicamentos efectivos, no obstante, muchas enfermedades como la hipertensión, cáncer o la diabetes carecen de un control adecuado debido a una baja adherencia a las prescripciones.

Las consecuencias clínicas de esta situación incluyen:

  • Mayor probabilidad de recaídas y agravamiento de la patología.
  • Aumento del riesgo de dependencia a medicamentos.
  • Potenciar efectos adversos y toxicidad.
  • Elevar el riesgo de accidentes y desarrollar resistencia a medicamentos.
  • Incremento de la morbimortalidad y deterioro de la calidad de vida.

Economía y sociedad también sufren por estas prácticas, pues aumentan los gastos y generan problemas. Aunque falta medicación en el sistema de salud, la prevención y educación en salud podrían aliviar muchas de estas cargas. Desafortunadamente, algunos médicos recetan sin realizar un adecuado análisis clínico.

Es crucial una comunicación efectiva entre médico, paciente y cuidador primario. A través del diálogo, los médicos pueden ayudar al paciente a entender mejor su condición, valorar las ventajas del tratamiento, incluido el necesario, y tomar decisiones informadas.

Afrontar esta realidad con la humildad propia de un niño es esencial para alcanzar una calidad de vida sin esperar al diagnóstico más grave. Incluso en la medicina paliativa, seguir los diagnósticos cuidadosamente es vital.

Nadie se va de esta vida sin pagar lo que debe, y nadie se quedará sin recompensa por el bien que haya hecho.

Amén, amén, Santísima Trinidad.