EL VALLE DEPORTIVO

Pedro Eric Fuentes López

Todo depende del viaje, no del resultado. Carl Lewis

Cuando me dispongo a mirar encuentros deportivos de la más alta alcurnia, inevitablemente mis pensamientos se fusionan para darle rienda suelta a los inicios de la creación de las diversas disciplinas, imaginarme y después casi de inmediato indagar sobre aquellos momentos donde el ingenio de unos cuantos, dieron origen a un desarrollo cultural deportivo que conforme al paso de los años, han tenido sucesos que tienen lugar a miles de millones de aficionados en todo el orbe, es entonces cuando me percato que la mayoría de los seguidores fueron, son y seguramente serán exponentes en alguna fase de vida de la fascinación que produce un encuentro deportivo lleno de todo y con ganas de más, con las consabidas ideas de muchos, las inevitables diferencias con otros, la preferencia por un conjunto y la animadversión por otros. En esos momentos, incluyendo los previos a esos desarrollos, surgen como caudales los expertos y todólogos del deporte en comento momentáneo, eso es parte del show y también de la “sana” convivencia. Hoy, armados de una tecnología compleja, de un tramado masivo y algunas elementales leyes de informática, nos encontramos en los momentos más apoteósicos pero colmado de interpretaciones diversas, tan acordes a la época en la que nos ha tocado vivir, gozar y sufrir. La fantasía provocada incluso desbocada y sostenida en excelsos momentos, captados en imágenes únicas que cuentan con cientos de repeticiones y tomas, se dirigen a un público ávido de momentos desequilibrantes de alegría, paz y confort, que apenas si poseen -en su enjundiosa osadía- el conocimiento de tal o cual deporte, pero aún así, reconocen y aumentan el número de seguidores por cualquier lado del planeta. Realidad o fantasía, solamente 2 escenarios son capaces de convocar a millones de seguidores en el mundo: 1.- el deporte y dos, lastimosamente, la guerra…

Y centrándome únicamente en el Valle Deportivo, a lo largo del tiempo una certeza va tomando forma en mi mente y me doy cuenta de que puede erigirse en un estilo de vida y supervivencia: el respeto por el gusto de las múltiples disciplinas deportivas, debe ser parte de una transmisión de conocimientos para los demás. Afirmar que a todos nos une el hecho común del gusto por el deporte como un mecanismo de desahogo y desfogue, me parece un relato consolador e incluso bello para aquellos que creen que comprenden lo que una, 2 ó 3 disciplinas significan. Mucho de mí y de mi Valle, se encuentra en cada deporte, en cada escenario, en cada estadio, en cada país y ciudad, en cada palco de transmisión, desde donde les he compartido la pasión de los deportes, con la firme intención de crear, construir y acercar conocimiento, evadir a carta cabal el fanatismo y, en cambio, sugerir el gusto y afición por cada momento, en ocasiones y a menudo sostengo que nadie sabe qué es lo que atrapa de cada deporte a la sociedad, porque eso justamente crea el misterio necesario para vivir humanamente en convivencia con éste. El domingo pasado fue el súper tazón y el ejemplo de una combinación de todo en un determinado lapso de tiempo, pero también de misterio, vaya paradoja. ¿Será realmente el evento deportivo más poderoso del globo terráqueo? Comercialmente, sí! ¿Deportivamente?

Pásenla bien!!!