EMERGENCIAS Y URGENCIAS 25

30 de enero de 2025
Sacerdote Daniel Valdez García
 
 
Queridos hermanos y hermanas,
 
 
En el Evangelio según San Marcos 4, 21-25, Jesús comparte con la multitud una enseñanza profunda: “¿Se enciende una vela para esconderla bajo una olla o cama? Por supuesto que no! Se coloca donde pueda iluminar todo a su alrededor. Todo lo oculto será revelado, y quien tenga oídos, que escuche con atención”. Jesús añade: “La medida que usen para otros será la misma que se usará para ustedes, y aún más. A quien tiene, se le dará más; pero al que tiene poco, incluso eso se le quitará.” 

En muchos momentos la oscuridad nos da miedo, pero a quienes obran el mal les da seguridad. Esto debe haber dado gran esperanza cuando Jesús dijo a la gente, que vivía tantas injusticias de su época, que todo acaba por ser descubierto. Todas las acciones terminan saliendo a la luz, tanto buenas como malas. Esto es difícil para quienes tienen la mentira como estilo de vida. Dijo el Papa Francisco que el mal tiene contado su tiempo, el futuro es de Dios. Así que los discípulos de Jesús no solo debemos vivir en la luz, sino irradiarla y promoverla en todos los ambientes.
 
Estas palabras son una invitación a vivir con integridad y transparencia, una llamada a que nuestra luz brille ante el mundo, iluminando todos los rincones de nuestras vidas con la fe y la sinceridad. Nos recuerda que debemos medir a los demás con generosidad y amor, pues así seremos medidos nosotros.
 
En momentos de oscuridad, aunque el miedo nos aceche, recordemos estas palabras de esperanza. Jesús nos asegura que la verdad siempre sale a la luz, que el bien siempre prevalecerá. El Papa Francisco nos alienta, recordándonos que el tiempo del mal está contado y que el futuro está en manos de Dios. Seamos entonces discípulos que no solo vivimos en la luz, sino que difundimos su calidez y resplandor a nuestras comunidades.
 
María Montessori, médico y pedagoga visionaria, decía que “toda ayuda innecesaria limita”, incluso “discapacita”. Ella creía fervientemente que los niños poseen una capacidad inmensa y un enorme potencial. Bajo esta filosofía, debemos permitir que los niños experimenten y descubran el mundo por sí mismos. Lo mismo aplica para personas con capacidades diferentes y para los adultos mayores, quienes merecen también el respeto y la oportunidad de desarrollar su independencia.
 
 Algunas maneras de aplicar esta filosofía son:
 

  • Brindar a los niños la oportunidad de intentar y aprender.
  • Reconocerlos como seres profundamente capaces y sensibles.
  • Respetar su deseo natural de crecer y ser independientes.
  • Acompañarlos con amor en su camino hacia la autonomía.
     
    Esto nos convierte en luces que irradian esperanza y guía para los más pequeños, las personas con capacidades diferentes y los ancianos. Toda ayuda innecesaria se convierte en un obstáculo, pero al confiar en sus habilidades, honramos su potencial y humanidad.
     
    A veces, en nuestro afán de cuidar, olvidamos la importancia de enseñar. Carlos Goñi Zubieta, un filósofo apasionado por la educación, propone:
     
  1. Un buen ejemplo impacta más que mil palabras.
  2. Ser coherentes entre lo que decimos y hacemos es clave.
  3. Estar allí para nuestros hijos es esencial para que aprendan a ser autosuficientes.
  4. Amar verdaderamente a nuestros hijos va más allá de mimarlos; se trata de prepararlos para el mundo.
  5. La prisa es enemiga de una buena educación; cada etapa debe vivirse plenamente.
  6. Ignorar comportamientos negativos a menudo puede eliminarlos.
  7. Nosotros somos los adultos; debemos guiarlos, no imponer nuestro ritmo.
  8. Es fundamental conectar con los niños desde su mundo.
  9. Cada niño es único y merece una educación personalizada.
  10. Jugar y compartir tiempo con los hijos fortalece el vínculo y el aprendizaje.
     
    Este enfoque lleno de amor y comprensión es igualmente valioso para personas con capacidades diferentes y adultos mayores.
     
    Amén, amén, Santísima Trinidad.