EMERGENCIAS Y URGENCIAS 24

29 de enero de 2025

Sacerdote Daniel Valdez García

Queridos hermanos y hermanas,

En el texto número 24 de estas propuesta de reflexión, continuaremos enlazando narraciones bíblicas con conceptos clínicos mediante analogías. Exploraremos cómo Jesús abordó cuestiones de salud, reflejando su misión mesiánica, y descubriremos sorprendentes paralelismos entre situaciones clínicas y evangélicas.

Comenzamos con el evangelio según San Marcos 4, 1-20: En aquella ocasión, Jesús empezó a enseñar junto al lago. La multitud era tan grande que él subió a una barca y se sentó, mientras la gente permanecía en tierra, en la orilla. Les enseñó mediante parábolas. San Marcos nos muestra cinco parábolas, la primera es la del sembrador con una explicación directa de Jesús. Él anticipa diversas reacciones a la Palabra de Dios dependiendo del “terreno” y del esfuerzo para cultivar la valiosa “semilla”. Invocando a Isaías 6, 9-10, realiza un balance sobre su predicación, exhortando a no perder la fe. A la larga, el Reino de Dios obtendrá un éxito inesperado.

Nuestro entorno y familia influyen en nuestras diferencias, así como lo que aprendemos y nuestras decisiones. Sin embargo, ninguno de estos factores nos incapacita para recibir la Palabra de Dios. La parábola del sembrador, que es el Señor, manifiesta que él confía en todos nosotros sin excepción. No obstante, el estrés tóxico, que genera violencia, impide el desarrollo óptimo de los niños y adolescentes, afectando también la calidad de vida de los adultos mayores. En niños, condiciona el sano desarrollo cerebral y causa varios síndromes. Los adolescentes, al necesitar aceptación, se ven afectados en su autoestima, y los adultos mayores se sienten excluidos y aislados.

De maners sucinta, les digo que sobre todo los menores de edad tienen una vulnerabilidad tal que en lo hospitales ellos no debieran sentirse sólo curados sino CUIDADOS, y lo pongo con letras mayúsculas. Los niños son un presente, un campo de siembra, el camino de una Iglesia, una familia y nación sana aquí y ahora. Los niños no son un futuro a prever en materia de violencia, sino un presente que debe evitar el estrés tóxico que a ellos los daña de tal forma que síndromes y enfermedades les acechan. Sufren abandono de los papás porque las políticas gubernamentales han llevado a que ambos padres trabajen, lo cual los expone al bullying escolar, a estar expuestos mucho tiempo al uso del internet, y no dejemos de lado que las armas dejan en peor situación a los niños que el cáncer.

Insisto, es crucial que en los hospitales y con sus médicos tratantes, los menores no solo sean atendidos, sino cuidados. Los niños son un presente, no un futuro violento a prevenir. Debemos evitar el estrés tóxico, que los daña y les causa enfermedades.

El estrés tóxico se produce por una activación intensa y constante de la respuesta al estrés, sin el apoyo de un adulto cuidador. Ejemplos incluyen eventos traumáticos como el abuso o negligencia. Por eso, los ámbitos eclesiales, familiares, educativos, sociales y recreativos deben formar una red de cuidado integral para los menores de edad.

Amén, amén, Santísima Trinidad.