Harán germinar semillas de más de mil 500 años, halladas en Templo de la Serpiente Emplumada

 Zinacantepec, Méx.- Las investigaciones en el túnel de la ciudadela en Teotihuacan, que conduce al Templo de la Serpiente y cuyo origen tiene unos dos mil años, ha implicado remover 1 400 toneladas de tierra y piedras, rescatar miles de piezas, huesos y semillas, apoyarse en instituciones educativas y de investigación de México y otras partes del mundo, hacer un escaneo completo con robots hechos por un mexicano del IPN y estar en el proceso de otro con la más avanzada tecnología, y trabajar en la recreación digital con los principales objetos hallados, los cuales serán exhibidos en algún momento, luego de ser estudiados.

            La primera conferencia del año del seminario Arqueología y Etnohistoria de Mesoamérica de El Colegio Mexiquense, titulada «El inframundo teotihuacano», fue expuesta por Sergio Gómez Chávez, director del Proyecto Tlalocan del INAH, quien resumió el trabajo de cientos de especialistas que han buscado reconstruir el sentido de esa obra subterránea, dedicada durante siglos a ceremonias, rituales de investidura de gobernantes tanto de Teotihuacan como de otros pueblos, y a crear un cosmograma, a la manera de una enorme maqueta del universo como era concebido por los teotihuacanos y otros pueblos antiguos.

            El líder del proyecto estuvo acompañado del presidente de El Colegio Mexiquense, Raymundo César Martínez García, quien coordina el seminario desde sus inicios hace 18 años, y del investigador Xavier Noguez Ramírez, quien moderó la conferencia.

Gómez Chávez dio una idea completa de lo hallado en el túnel de 103 metros de largo que atraviesa la ciudadela y de las cámaras a las que lleva, de donde se han extraído 300 mil objetos, muchos de pirita, pizarra y jade; un millón de semillas, en las que se trabaja para hacerlas germinar 1 700 años después de que fueron depositadas en ese sitio, pelotas de hule, huesos humanos de sacrificios rituales y de animales, así como conchas y caracoles, entre muchos otros.

El investigador compartió los nombres de algunos de los muchos especialistas que han trabajado desde 2003 en este proyecto y de las instituciones mexicanas y extranjeras que han hecho los estudios de laboratorio, para lograr una idea del significado de la gran obra subterránea, cuyo acceso fue tapado por los mismos teotihuacanos.

Gómez Chávez explicó que se trata en casi todos los casos de objetos poco usados, hechos para ofrendarse, procedentes de la zona maya, Guatemala, el suroeste de Estados Unidos (dos pequeños trozos de turquesa), una esfera de ámbar procedente de Chiapas, obsidiana de siete yacimientos y restos humanos -sacrificios rituales- y de animales.

Hoy se sigue trabajando con equipos de última generación para hacer un nuevo levantamiento -aunque en 2024 no hubo presupuesto-, y la idea es devolver los objetos al túnel digitalmente para que se tenga una idea del lugar que tenían y su orientación, según lo hizo una de las civilizaciones más importantes del periodo prehispánico y del mundo antiguo, fundada en el 200 a. C. y abandonada entre el 600 y el 700 d. C.

            El arqueólogo líder del proyecto de investigación citó a autores tan importantes como Rubén Cabrera, quien dijo en su momento que Teotihuacan es un sitio nodal, pues da información de la organización social, el surgimiento del Estado y las clases sociales, el urbanismo y el desarrollo de las culturas mesoamericanas, con 22 km2, 2 000 conjuntos arquitectónicos y entre 150 mil y 200 mil habitantes, ubicados en barrios, que formaban una sociedad pluriétnica, pues había inmigrantes mayas, zapotecas y del occidente de México, entre otros lugares y regiones.

Teotihuacan tiene tres grandes complejos, el más importante de los cuales es la Ciudadela, al sur del río San Juan, en cuyo centro está el Templo de la Serpiente Emplumada, dedicado al inicio del tiempo mítico, a la montaña sagrada, a los días y el calendario.

Gómez Chávez admitió que hay un deterioro insalvable del templo y dijo que se ha descubierto que la ciudadela estaba diseñada para que se inundara año con año, gracias a que se han rescatado los drenajes originales.

Añadió que la ciudad teotihuacana está construida como una metáfora del orden divino y la división del cosmos, y el templo de la Serpiente Emplumada representaba a la montaña sagrada, una montaña de agua bajo la cual estaba la cueva sagrada relacionada con el origen de la Humanidad y la entrada al inframundo.

La colocación de las esculturas halladas -en particular una femenina y una masculina- tiene que ver con el eje del mundo, con la manera en que se miraban ese mundo, con muros impregnados de un mineral que representaba las estrellas, una geografía sagrada, mercurio líquido, pequeñas montañas que representaban los ríos y lagos, a manera de un cosmograma, es decir, una maqueta del cosmos y de concebir el universo.