EMERGENCIAS Y URGENCIAS 12
- Daniel Valdez García
- 17 enero, 2025
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17 de enero de 2025
Sacerdote Daniel Valdez García
Queridos hermanos y hermanas,
En nuestra última reflexión sobre Emergencias y Urgencias, exploramos la conexión entre los textos bíblicos y las experiencias humanas complejas, especialmente en contextos clínicos. Un punto de análisis crítico es la relación entre obesidad severa y maltrato infantil. Aunque aparentan ser situaciones distintas, ambos reflejan formas de maltrato. Los niños dependen del cuidado adecuado de adultos, y cuando este cuidado falla, las consecuencias pueden manifestarse en su salud física y emocional.
Continuamos nuestra duodécima reflexión sobre Emergencias y Urgencias.
La obesidad y el maltrato son problemas de salud pública de gran impacto, que afectan profundamente a los niños. Es común tratar estos temas por separado, pero el daño físico puede tener un impacto psicológico significativo. Investigaciones respaldan la conexión entre obesidad infantil y maltrato, sugiriendo que algunos niños recurren a la alimentación en busca de consuelo, una respuesta emocional a entornos hostiles. Este comportamiento puede ser compulsivo, actuando como un mecanismo de defensa ante traumas, incluidos los abusos sexuales. Además, el estigma asociado a la obesidad contribuye al acoso escolar, afectando aún más el bienestar emocional de los niños y adolescentes
La inspiración se encuentra en San Marcos 2, 1-12, donde la compasión de Jesús rompe barreras físicas y espirituales. Este pasaje destaca cómo cuatro personas superaron obstáculos para llevar a un paralítico ante Jesús, movidos por fe y amor genuino. Jesús, al ver su esfuerzo, ofrece perdón de pecados, desafiando a quienes cuestionan su autoridad. Este acto simboliza una curación integral, enfatizando la importancia de sanar tanto el cuerpo como el espíritu. La lección es clara: el bienestar verdadero trasciende lo material e involucra una conexión espiritual profunda.
Este milagro de Jesús refleja su deseo de sanar plenamente, atendiendo tanto el espíritu como el cuerpo. La salvación integral que ofrece nos enseña que el bienestar material es insuficiente sin una conexión espiritual auténtica.
A nivel social y legal, el principio del interés superior de los niños y adolescentes, consagrado en nuestra carta magna y en el artículo 3º de la Convención sobre los Derechos del Niño, nos llama a proteger sus derechos y dignidad. Al igual que los amigos del paralítico, debemos ser guardianes incansables del bienestar infantil. Padres, abuelos, maestros, cuidadores, catequistas y líderes religiosos, como los amigos del paralítico tenemos la obligación de remover barreras que impidan el desarrollo integral de los niños, protegiéndolos del maltrato y la obesidad. Que el amor nos inspire a ser esperanza y protectores de los más pequeños, siempre en el interés superior de niños, niñas y adolescentes.
Amén, amén, Santísima Trinidad.