EMERGENCIAS Y URGENCIAS 9
- Daniel Valdez García
- 14 enero, 2025
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14 de enero de 2025
Sacerdote Daniel Valdez García
Queridos hermanos y hermanas,
Imagino que me preguntan: “Padre, nos dijo que meditaríamos este año con el Evangelio de San Lucas, pero estamos leyendo el de Marcos”. Y yo les responderé con esperanza: este domingo, compartiremos el hermoso relato de la Boda de Caná del Evangelio de Juan. Tengamos paciencia y expectativa, pues el próximo domingo 26 de enero, comenzaremos la inspiradora lectura selectiva de San Lucas (1, 1-4; 14-21).
Jesús, en los momentos más críticos, no solo sana cuerpos enfermos, sino que también se adentra en emergencias en lo profundo de las almas perdidas, liberándolas de la posesión de espíritus inmundos. Incluso en las urgencias, Él sacia la sed espiritual, como hizo con la samaritana.
Ayer, reflexionamos sobre el paro cardiorrespiratorio (PCR), una interrupción súbita e inesperada de la vida. Cuando su causa es el corazón, lo llamamos “muerte súbita cardíaca” (MSC), con la cardiopatía isquémica siendo la razón más común. El “soporte vital” (SV) es nuestro arsenal de actos heroicos en situaciones de PCR: reconocer de inmediato, pedir ayuda urgentemente, aplicar desfibrilación precoz y realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP) de calidad. Esto implica comprimir el pecho con firmeza y amor, porque la vida merece ser devuelta con esperanza, sin caer en un exceso que pueda dañar, y se denomina encarnizamiento terapéutico.
Fijémonos en el pasaje del Evangelio de San Marcos 1, 21-28:
En ese tiempo, Jesús estaba en Cafarnaúm y, un sábado, fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Sus palabras maravillaban a los oyentes, porque enseñaba con un autoridad que solo pueden provenir de Dios. Allí, un hombre poseído o
atormentado por un espíritu inmundo gritó desesperado: “¿Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús, con compasión y firmeza, le ordenó: “¡Cállate y sal de él!”. El espíritu, forzado a abandonar a su víctima, lo hizo con un estruendo, dejando a todos atónitos: “¿Qué nueva enseñanza es esta? Incluso los espíritus inmundos lo obedecen”. Y así, su fama se esparció por toda Galilea.
Jesús se presenta como una luz brillante para sus contemporáneos, no solo por enseñar con una autoridad que ilumina, sino también por desafiar y vencer a las fuerzas oscuras. Incluso cuando lo llaman, casi con arrogancia, el “Nazareno”, es nuestro “Santo de Dios”. Hasta los mismos espíritus inmundos deben reconocerlo.
Jesús enseña en la sinagoga a vencer el mal y actuar liberando al poseído por un espíritu inmundo. Una nueva enseñanza se mide por su capacidad de transformación y eficacia, y Jesús mostró el camino. En cambio los líderes religiosos de su tiempo eran arrogantes y se aprovechaban de la ingenuidad de la gente ostentando su poder. En
Cambio Jesús expulsar el mal, dejaba a la gente maravillada, no solo porque lo que decía y hacía anulaba el mal, sino porque provocaba un cambio profundo en la realidad que tocaba. Anhelo que cada equipo de RCP, y cada persona a quien devuelvan a la vida, comprendan que, en esos momentos, han aprendido una lección de amor que aleja la muerte.
Por otro lado, me pregunto: ¿cuántas personas se dan cuenta de que, espiritualmente, también necesitan una RCP que reavive su fe que se está muriendo?, pues si su fe crece su espíritu se fortalece.
Amén, amén, Santísima Trinidad.