Caravana por la obesidad 

El 1 de marzo de este 2024, la Organización Mundial de la Salud (OMS), dio a conocer que, en 2022, una de cada ocho personas en el mundo era obesa. Desde 1990, la obesidad se ha duplicado entre los adultos de todo el mundo y se ha cuatriplicado entre los adolescentes. En 2022, 2 mil 500 millones de adultos (de 18 años o más) tenían sobrepeso. De ellos, 890 millones eran obesos. 

Pero ¿Cuál es la diferencia entre el sobrepeso y la obesidad? El sobrepeso es la elevación del peso corporal del individuo por encima de su peso normal en un 10-20%. La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por un mayor contenido de grasa corporal que puede provocar un aumento del riesgo de diabetes tipo 2 y cardiopatías. También aumenta el riesgo de que aparezcan determinados tipos de cáncer e influye en aspectos de la calidad de vida como el sueño y el movimiento.

México ocupa el 1er lugar mundial en obesidad infantil y el 2do en obesidad en adultos. Por ello, el gobierno reconoce que la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI que está presente en la población desde la edad preescolar, por lo cual recomienda: evitar alimentos con grandes cantidades de azúcar, grasa y sal, principalmente durante la infancia.

Esto, porque los niños y niñas con sobrepeso y obesidad tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y muestran más probabilidades de contraer padecimientos crónico-degenerativos como los referidos anteriormente. Una de las medidas anunciadas por la nueva administración (noviembre 2024) a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP) es, la intensificación de las restricciones para evitar la venta de alimentos con alto contenido de azúcares y grasas en las escuelas de México —a partir de marzo de 2025—. El objetivo es promover una alimentación saludable ante el preocupante incremento en los índices de obesidad infantil, que ha crecido un 36.5% entre 2020 y 2023, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2023.

Ahora bien, cómo creer dicha “preocupación” en el tema, si cada año se permite en más de la mitad de los Estados de la república mexicana (18 en este 2024), la realización de la Caravana Navideña Coca-Cola que toma las principales avenidas en diferentes ciudades para promover “sutilmente” el consumo de refresco. En este contexto, la Asociación Civil; “El Poder del Consumidor” presentó una denuncia sanitaria ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), solicitando la sanción y detención de las Caravanas Navideñas de Coca-Cola. Según la organización, estas actividades publicitarias violan la ley y tienen un impacto negativo en la población infantil al asociar personajes navideños con el consumo de refrescos. Ya que, si el noble Santa toma Coca-Cola ¿Qué de malo habría en que los niños lo hagan? 

La denuncia señala que el consumo de bebidas azucaradas es uno de los principales factores que contribuyen al sobrepeso, obesidad y diabetes en el país. Según cifras incluidas en el documento, el consumo promedio de estas bebidas azucaradas en México, promovido a través de estas Caravanas, es de más de 400 mililitros (ml) por persona al día. Un niño o niña que consume 355 ml al día aumenta la probabilidad de desarrollar obesidad en un 60% y si consume de una a dos porciones de esta bebida al día, incrementa su riesgo de desarrollar diabetes en 26%. 

Imaginen consumir 10 cucharadas cafeteras de azúcar o de jarabe de maíz de alta fructuosa de manera directa, esto, es lo que se puede encontrar en una botella de Coca-Cola de 600 ml., y cualquiera que lo haga frecuentemente, será un excelente candidato a varias enfermedades, entre ellas; la diabetes. 

La Caravana de la obesidad y la diabetes —la Caravana Navideña Coca-Cola—, es una estrategia muy bien pensada por parte de la refresquera que se aprovecha de la inocencia de las infancias que no alcanzan a dimensionar los daños que provoca a la salud y también al medio ambiente con las enormes cantidades de plásticos de un solo uso que utilizan.

La Cofepris, es la autoridad encargada de hacer cumplir el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Publicidad, y tiene en sus manos la denuncia sobre las Caravanas que se están realizando, pero al parecer las seguirá contemplando hasta el 17 de diciembre que lleguen a su fin. Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y ocho comisiones estatales de derechos humanos han recibido quejas contra las autoridades que han permitido, facilitado y apoyado estos actos publicitarios, según menciona el director de “El Poder del Consumidor”, ya que dichos actos constituyen una violación a los derechos de niñas y niños, ya que se aprovechan de su vulnerabilidad y credulidad como lo reconoce el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

Esperemos una necesaria dosis de congruencia por parte del gobierno federal y de los Estados para el 2025. Las caravanas o desfiles navideños pueden seguir existiendo, pero no publicitando la marca de refresco que controla alrededor del 70% de las bebidas azucaradas en nuestro país. Pero de seguir como hasta ahora, no quedará más que acostumbrase a que la celebración de Navidad (festividad religiosa asociada con paz, amor y armonía), Santa Claus y Coca-Cola, son parte de lo mismo.