Hablemos de fútbol
- Elva María Maya Marquez
- 20 noviembre, 2024
- Columnas
- 0 Comments
El fútbol es el deporte más popular y visto en el mundo. Es el sueño de millones de personas y de millones de dólares. A su vez, ha sido el protagonista del escándalo de corrupción más sonado en el mundo del deporte; el “FIFA Gate”, relacionado con delitos como: lavado de dinero, crimen organizado y fraude electrónico, entre otros.
Vayamos por partes, la Federación Internacional de Fútbol Asociación, mejor conocida como FIFA, se fundó en París, Francia, el 21 de mayo de 1904 por Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Suecia, Suiza y España, con el objetivo de unificar las reglas del fútbol y organizar el deporte a nivel mundial. Su sede se encuentra en Zúrich, Suiza. La FIFA agrupa 211 asociaciones y/o federaciones de fútbol de distintos países y les presta apoyo financiero y logístico a través de diversos programas. La AFC en Asia, la CAF en África, la CONCACAF en la zona de Norte, Centroamérica y Caribe, la CONMEBOL en Sudamérica, la UEFA en Europa y la OFC en Oceanía.
Por su parte, el “FIFA Gate” como se le ha conocido mediáticamente, fue un caso de corrupción y sobornos que estalló el 27 de mayo de 2015, cuando altos funcionarios del fútbol internacional fueron capturados momentos previos a la realización del 65º congreso de la FIFA, en un reconocido hotel de Zúrich. Uno de los objetivos principales de la reunión eran las elecciones para elegir un nuevo presidente que presumiblemente otorgaría un quinto mandato a Joseph Blatter. Estos hechos fueron noticia en el mundo, por tratarse de un escándalo relacionado con el deporte más importante a nivel global.
Dicha investigación realizada por parte del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y de IRS Investigación Criminal (IRS-CI), identificó una red de sobornos a cambio de favorecer a cadenas de televisión con la venta de derechos de transmisión de los partidos de distintas ediciones del mundial de fútbol masculino que se celebra cada cuatro años. Así como de otros torneos como la Copa América y la Copa Libertadores. Por ello, el Departamento de Justicia de Estados Unidos reportó en 2015 el inicio de procesos contra funcionarios de la FIFA y ejecutivos de distintas empresas de televisión, acusados de pagar millones de dólares en sobornos para obtener dichos derechos de transmisión.
En el caso de Televisa todo comenzó en 2016, al señalar que pagó 15 millones de dólares en sobornos a Julio Grondona, dirigente de la Asociación del Futbol Argentino y vicepresidente de la FIFA, para adquirir los derechos de televisión de los mundiales de 2018, 2022, 2026 y 2030. Lo anterior, se traduce en ganancias multimillonarias, pues lo que presumiblemente hizo el exdueño de Televisa es, “ganar” los derechos de transmisión de los partidos (con base en sobornos), para después revender su transmisión a diferentes medios de comunicación.
El 30 de agosto de este 2024, Televisa anunció que “tuvo conocimiento de la investigación que lleva a cabo el Departamento de Justicia de los EUA, relacionada con la FIFA”. Posteriormente, el pasado 24 de octubre, informó que su Consejo de Administración aprobó la salida de Emilio Azcárraga, presidente del Consejo por razones de una investigación criminal en curso, golpe fuerte para la empresa cuya acción disminuyó casi 9% al darse a conocer la noticia.
Desde 2015, el gobierno estadounidense ha acusado a un total de 45 personas y a varias empresas deportivas de más de 90 delitos y de pagar o aceptar más de 200 millones de dólares en sobornos. De los 45 acusados, cinco han fallecido. Un total de 22 se declararon culpables, y de ellos solo seis han sido sentenciados. Una docena aún están en sus países, donde fueron procesados por la justicia local o están en libertad mientras combaten la extradición. Solo fueron a juicio tres de los grandes involucrados que se declararon inocentes. El ex jefe del fútbol brasileño José María Marín y el ex jefe de la Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout, quienes fueron hallados culpables y enfrentan sentencias de al menos 10 años.
En el caso del ex jefe del fútbol peruano Manuel Burga, fue absuelto, ya que aparentemente no había ninguna prueba de que recibió dinero. Tiempo después, el jurado llegó a la conclusión de que Burga aceptó 4.4 millones de dólares en sobornos que nunca recibió porque estaba bajó investigación en Perú, su país natal, por lavado de dinero.
Dato “curioso” es que, en 2010 cuando el presidente de la FIFA Joseph Blatter anunció las sedes para las Copas del Mundo 2018 y 2022, la primera para Rusia y la segunda para Qatar, donde este último no parecía figurar entre las opciones, se generó un ambiente de sospecha y particularmente molestia para Estados Unidos, quienes competían por la sede 2022. Lo anterior, pudo ser la principal motivación de la investigación realizada por el FBI. En el caso de Rusia, también hubo señalamientos de sobornos a un votante de la FIFA a fin de que apoyara la candidatura del país para organizar el Mundial de 2018, acusación que fue negada.
Tal y como menciona el periodista Ezequiel Fernández Moores en la serie: “FIFA GATE: Por el Bien del Fútbol”, el fútbol es demasiado deporte para ser solo negocio y demasiado negocio para ser solo deporte. Ingenuo es creer que con lo que pasó en 2015 y las investigaciones en curso que han llegado hasta nuestro país, la mafia que se ha generado alrededor de este deporte se va a detener. Se puede trabajar en una cultura del fútbol menos corrupta que va más allá de la parte visible a nivel nacional e internacional, ello implica transparentar lo que hacen los directivos del balompié. Hoy se habla de una nueva FIFA que, a decir de los expertos, se parece mucho a la vieja FIFA. Pero, ante todo, solo existe una realidad que escapa de cualquier escándalo, la gente ama el fútbol y lo seguirá viendo.