GRILLANDO

Una de las épocas más divertidas de mi vida fue cuando de la mano de mi amado socio HUGO ALVARADO, CÉSAR TUMALAN y LALO GÓMEZ, pusimos un restaurante-bar sobre la avenida Paseo Colón, frente a la iglesia del Ranchito, que se llamaba “Hakunna”, un espacio que durante casi cuatro años nos dejó extraordinarias experiencias.

Sin embargo, el poner un negocio así nos costó mucho trabajo, ya que los trámites son complejos y nos exigían cumplir la regulación en su totalidad, como el tener estacionamiento para evitar caos vial, el controlar los decibeles de la música, cumplir con todas las medidas de Protección Civil, respetar que no se vendiera alcohol a menores de edad y otras normas que diariamente revisábamos ya que teníamos visitas de las autoridades constantemente.

Nunca tuvimos una bronca, no registramos algún accidente o pelea, cuidábamos a nuestros comensales, cuando alguien se pasaba de copas, había servicio de chofer o de taxi para que no se arriesgaran, la verdad, es que como dueños fuimos responsables para que la gente fuera a divertirse sin ponerse en riesgo, algo que concluyó cuando de plano las desveladas ya nos habían agotado a nosotros y a nuestras familias.

Esto lo comento, porque ahora vemos que en el Valle de Toluca se abren bares a diestra y siniestra, establecimientos que operan sin ninguna norma, de forma irresponsable, que afectan a los vecinos, que ponen en riesgo a los menores y que muchas veces son punto de venta de drogas para los jóvenes.

Por esto, me parece atinado que el gobierno municipal de Toluca haya clausurado 74 bares o establecimientos que operaban de manera irregular, mismos que ya habían sido denunciados por parte de los vecinos, lo anterior como parte de una política de cero tolerancia a establecimientos que se abren y operan de forma ilegal.

Nunca estaré en contra de los emprendedores y empresarios que le invierten para abrir un negocio y operar bajo el margen de la ley, pero si contra aquellos gandallas, abusivos y a los que les vale madre joder a los jóvenes y vecinos, gente que no puede seguir siendo tolerada, pues representan un riesgo para todos.

Así que esperamos que continúen estos operativos, que se ponga un alto a tantos negocios irregulares de venta de alcohol y que acaben con el sufrimiento de los vecinos, como por ejemplo, los de la colonia Ciprés que tanto han denunciado los antros sobre avenida Venustiano Carranza, donde la impunidad solo es compresible de la mano de la corrupción, algo que ya debe terminar, pues si van a operar lo deben hacer bajo un régimen legal, con respeto y responsabilidad social con sus comensales y vecinos.

LA GRÁFICA DE HOY

Es de los baches y cráteres que nuevamente surgieron en la esquina de las avenidas Díaz Mirón y Las Torres en Toluca, lugar en el que hace como un mes, los vecinos sembraron unos árboles para denunciar que la zona era intransitable, por lo que las autoridades quitaron los arbolitos y al otro día pavimentaron, lo malo, es que lo habrán hecho con mazapán, pues nuevamente no se puede transitar por ahí.

Así que al grave problema de los baches, habrá que sumar que los pocos que se arreglan no duran nada, por eso es que todo el Valle de Toluca parece zona de guerra y es intransitable.

Lo cierto, es que alguien tendría que revisar los contratos y garantías de este tipo de trabajos que no sirven para nada, pero que estoy seguro le cuestan mucho al pueblo, la misma cantaleta llena de corrupción que nos jode en muchos aspectos, como lo son los baches y cráteres que ocasionan accidentes, muertos y daños al patrimonio de la gente.

Por lo pronto, habrá que sembrar nuevamente los árboles en este cruce, pues de plano las autoridades no dan una y parece que solo se burlan de la gente, ya que su bacheo no duró ni un mes, digan lo que digan o se justifiquen como se justifiquen.

Y VA DE CUENTO

Un mecánico, de nombre RENÉ PLIEGO, estaba desmontando la cabeza de un cilindro de un motor V12 perteneciente a un “Jaguar”, cuando vio a un conocido y afamado cirujano del corazón, de nombre RICARDO AÑOVEROS, entrar a su garaje.

El cirujano estaba esperando ser atendido por el jefe de servicio y el mecánico le gritó al cirujano:  Ey, doctor, ¿Le puedo hacer una pregunta? 

El cirujano AÑOVEROS, un poco sorprendido, caminó hacia el mecánico, quien, limpiándose sus manos en una toalla, le lanzó la siguiente pregunta: Vea doctor, échele una mirada a este motor. Le abrí su corazón, le saqué las válvulas y el árbol de levas, las arreglé, las volví a instalar y, cuando terminé, el motor funcionó como nuevo. Entonces, ¿por qué recibo un salario tan pequeño mientras que usted obtiene un montón de dinero, cuando ambos hacemos básicamente el mismo trabajo? 

El cirujano AÑOVEROS se inclinó pausadamente sobre el mecánico, y le dijo casi susurrándole al oído:  Trata de hacerlo con el motor en marcha…

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en “X” en @pepenader y en [email protected]