La complejidad de las creencias y percepciones en las relaciones de pareja

Foto: Jaime Arriaga

Toluca, Méx.- Mantener  el equilibrio en las relaciones de pareja puede ser un tema un tanto complicado, pues al ser individuos autónomos, cada uno cuenta con un sistema de creencias y percepciones diferentes, los cuales pueden llegar a representar diferencias en la relación.

En entrevista para El Valle, Alejandro Akela Ledesma señala que el estar en una relación de pareja implica un vínculo del cual ambas partes se benefician, esto al suponer que ambos buscan “estar bien dentro del vínculo” sentimental.

Sin embargo, este sistema de creencias parte de lo “bueno” y “malo”, el cual se ha forjado desde el núcleo familiar, es decir, lo que los padres nos enseñan como bueno y malo; y aquello que aprendemos a través de la experiencia propia.

La percepción de estos conceptos es lo que puede comprometer la estabilidad de la relación. Ledesma pone como ejemplo las diferentes opiniones que puede tener una pareja después de ver una película, pues señala que comúnmente existe una confrontación de ideas.

Es aquí, donde los hábitos y sistemas de creencias pueden mermar la comunicación y armonía, es decir, ¿qué tanto es que en realidad me lastima mi pareja o en qué grado yo me siento lastimado y como comunicarlo?.

En este sentido, Akela Ledesma formula una serie de tres pasos para mejorar la comunicación de pareja y no perder el equilibrio de la misma.

Señala que inicialmente se debe comprender que, como individuos, cada uno cuenta con cierto historial de vida, siempre distinto al de los demás, por ello, se tiene una percepción propia de las cosas.

Luego de comprender este punto, se debe aceptar la variedad de creencias y hábitos, así como la existencia de puntos de vista opuestos, los cuales son válidos ante los historiales de vida.

Para culminar con una buena comunicación, Alejandro Akela propone mantener un diálogo alejado de los reclamos, lo que implica hablar desde el “yo” y evitar el “tu”, es decir, “tú me hiciste sentir…” y hacer un cambio al “con lo que dices/haces yo me siento…”.

Explica que hablar desde el “yo”, implica restar responsabilidad y culpa, además de que se evita que la contraparte se sienta atacada, lo cual abre la brecha a una mejor conversión y finalmente poder llegar a una conciliación en pro de la relación.