GRILLANDO

Prácticamente todas las semanas escribo sobre la importancia de que en México se recupere la paz, el orden y la seguridad, para que podamos salir adelante como sociedad, pues sin esos elementos no hay calidad de vida, progreso y desarrollo, algo que a nadie le conviene si es que deseamos avanzar como nación.

Ayer me pidieron apoyo para informar sobre el hecho de que se cumplió un mes de la desaparición de JOSÉ LUIS VIEYRA BERNAL y que con el paso del tiempo, autoridades como la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de México han dejado de atender a los familiares, que evidentemente están desesperados.

Este caso ha conmocionado a la sociedad, pues JOSÉ,de 38 años de edad, es padre de dos menores de edad y es egresado de la Universidad Autónoma del Estado de México, por lo que su familia pide que se le brinde seguimiento a su desaparición que fue el 24 de septiembre, en la delegación de Capultitlán en Toluca, un caso que se pudo difundir gracias al apoyo de los medios de comunicación, pero que hoy parece olvidado, pues las autoridades ya no responden a los familiares.

El dolor que una familia y seres queridos sufren por no saber de una persona es enorme, más en medio del clima de violencia que azota al país, por ello, las autoridades deberían ser más empáticas y atender a quienes solo piden que se les atienda, ya que no es opción que se le dé carpetazo a la vida de una persona, al contrario, las autoridades están obligadas a investigar y atender hasta que sea resuelto el caso.

Ojalá que los familiares y seres queridos de JOSÉ LUIS tengan respuesta por parte de las autoridades y que su trabajo ayude a localizarlo, pues la ansiedad, preocupación, zozobra y sufrimiento que se tiene por casos así, es algo que no puede seguir pasando en nuestro país, donde lamentablemente en los últimos seis años se registraron más de 50 mil desaparecidos, algo que debe cambiar y que las autoridades deben atender de forma diferente.

LA GRÁFICA DE HOY

De mi amada carnalita ROSY ACEVES, es de la protesta que encabezaron los “estudiantes” de la Escuela Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río”, también conocida de Tenería, por la supuesta represión que sufren y el presunto desprestigio del que son víctimas.

Después de su desmadrito de la semana pasada en las oficinas de SEIEM, del robo de camiones, el secuestro de choferes, el asalto al transporte de productos y sus actos vandálicos, entre otros delitos, es evidente que no tienen vergüenza, pues una cosa es la lucha social para levantar la voz a favor de la justicia y la equidad, y otra muy distinta atentar contra el pueblo, como lo han hecho y está registrado.

Además, según las autoridades estatales, se habían logrado acuerdos con estos “estudiantes” a los que se les apoyaría en sus demandas, sin embargo, es evidente que no conocen lo que son los acuerdos, pues su forma de operar históricamente ha sido generando violencia y destrozos para lograr sus objetivos.

Hace unas semanas dije que no hay negociación con estos sujetos, a los que se les debería aplicar el peso de la ley, algo en lo que no me equivoqué, pues a lo largo la historia así han operado y lo seguirán haciendo hasta que la autoridad le deje de temer al costo político y aplique la norma contra aquellos que han confundido el derecho de protesta con el delinquir.

Y VA DE CUENTO

Don CARLOS CORREA, es un anciano de 95 años que vive en un asilo, por lo que todas las noches, después de cenar, va a un apartado en el jardín, donde en una noche cálida, Juanita, de 85 años, se le acerca amablemente y comienzan una amena charla. En una parte de la conversación, él le dice que extraña mucho el sexo. Con cara de ofendida y burlona, Juanita le dice a Don CARLOS: Viejo verde, a ti no se te pararía, aunque te apunten con una pistola. 

CARLOS medio cabizbajo, le responde: Sin embargo, me conformaría con que alguien me lo sostuviera por un rato…

Juanita presurosa, le dice que podría ayudarle con eso, por lo que CARLOS puso una cara de un placer absoluto y acuerdan que cada noche se encontrarían en el jardín.

Todo iba bien, hasta que un día CARLOS no aparece, por lo que Juanita se preocupa y comienza a caminar por el jardín, pensando lo peor, que CARLOS podría haberse muerto, sin embargo, lo ve sentado al borde de la piscina, pero no estaba solo, lo acompañaba Paquita de 75 años que era una ancianita guapa y elegante, por lo que  Juanita furiosa increpa enojada a Don CARLOS, que estaba con cara de éxtasis y le dice: Viejo sinvergüenza, traidor, desgraciado, le echas el mismo cuento a todas para tener nuevos encuentros, ¿qué tiene ella que no tenga yo?

Y Don CARLOS, con voz llena de placer, le contesta: ¡Le tiembla la mano!

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en “X” en @pepenader y en [email protected]