JUEVES DE FASCINAR CON LA LECTURA

Primer artículo: “Esas chinches no brincan en mi petate”

INTRODUCCIÓN

Publicaré estos artículos los jueves de manera semanal. Son valiosos y concisos, presentando desafíos.

Imagina despertar una mañana con picaduras inexplicables en tu piel, solo para descubrir que has compartido tu cama con unos diminutos parásitos: las chinches besuconas. Aunque puedan parecer un problema menor, su capacidad de proliferación y el riesgo de enfermedades las convierten en un asunto de salud pública.

  1. LAS CHINCHES

Las chinches besuconas son un tema que no resulta agradable, pero pueden tornarse graves. La chinche besucona es propia de las zonas tropicales, pero eso no quiere decir que estemos exentos de otras chinches.

Las chinches son insectos diminutos que se esconden en lugares oscuros, como grietas, costuras de colchones, detrás de la cabecera de la cama y en los pilares de la cama. También se pueden encontrar en las costuras de sillas y sillones, entre almohadones, en los pliegues de las cortinas, en los rincones de los cajones y detrás de tapices sueltos; su lugar favorito son las camas, como decía un refrán antiguo: “esas chinches no brincan en mi petate”.

Saber que la chinche, al succionar sangre, defeca y que la persona se rasca puede provocar infecciones, ya que transmite enfermedades como el Chagas.

  1. LAS CHINCHES REGRESAN

Hay un video sobre la chinche que se ha encontrado en el Auditorio Nacional, así como en el metro, en cines y en otros lugares. Hay quienes dicen: “¡si Francia tiene plaga de chinches, qué nos esperamos nosotros!”, y también hay evidencias de estos parásitos en las escuelas del Estado de México y otros lugares. España y otros países de Europa también han constatado la presencia de chinches. El año pasado, la UNAM tuvo que ir a clases virtuales para fumigar varias de sus facultades debido a eso.

Por supuesto, las chinches regresan y están en nuestros entornos por diversas razones;hay que evitar la plaga con una protección sanitaria adecuada.

CONCLUSIÓN

El halo de misterio que rodea a las chinches radica en lo poco que se ha estudiado. Muestra de ello es que en Colombia hay seis mil especies de insectos, pero se estima que están por descubrirse unas 65 mil, muchas de las cuales podrían ser chinches [1].

Las chinches no son muy maternales. Al igual que la mayoría de los insectos, ponen una gran cantidad de huevos y los dejan a su suerte, y por ello quedan indefensos frente a peligros como las hormigas que se los comen, o las avispas.

Además del olor, los chinches también usan el sonido. Estos insectos pueden generar vibraciones en el aire y el medio en el que se encuentran. Por ejemplo, un chinche puede estar en una hoja y, para enviar mensajes a otros insectos o chinches presentes en la planta, puede hacerla vibrar moviendo su cuerpo. De este modo, comunica mensajes que pueden ser de advertencia o para motivar la proximidad [2].

Las chinches son más interesantes de lo que podemos imaginar. Así que debemos cuidarnos de plagas posibles. Toda investigación es para generar salud pública, no para infundir miedo.

¿Estamos dispuestos a arriesgar nuestra salud y la de nuestros seres queridos por la falta de acción frente a unas pequeñas criaturas que pueden causar grandes problemas?

_________ Referencias

[1] D. Forero, D. H. Choe, C. Weirauch (2011). Resin Gathering in Neotropical Resin Bugs (Insecta: Hemiptera: Reduviidae): Functional and comparative morphology. J Morphol, 272, 2011, 204-229. doi: 10.1002/jmor.10907

[2] Esta es la razón por la cual no se acaban nunca las chinches, la plaga más molesta en los hogares mexicanos – Infobae