Maestros y Jueces con el mismo derecho no?

Hace algunos días la Secretaria de Gobierno Federal, Luisa María Alcalde tuvo a bien explicar a la audiencia de la mañanera de Andrés Manuel López Obrador, los puntos principales en los que versa la Reforma al Poder Judicial, desatancando dos:

1. El examen que deberán hacer jueces y magistrados cada cuatro años para refrendar sus conocimientos.

2. El voto popular y democrático de los Jueces por parte de la ciudadanía.

Para el primer punto resulta extraño que el propio AMLO con MORENA, se hayan constituido en contra de la “mal llamada” reforma educativa que, en sus palabras, “significaba un menoscabo en los derechos de los docentes por el obligarlos a realizar un examen de permanencia cada 4 años”.

Ahora son ellos los que piden que los jueces estén obligados a evaluarse, lo que es una hipocresía que demuestra la palabrería que hay detrás del deseo de tomar al Poder Judicial como parte del Ejecutivo, pues si antes fue indigno, por qué ahora no habría de serlo.

En el segundo punto, resulta inútil que los jueces se sometan al escrutinio de la sociedad, pues la sociedad ha mostrado un desinterés total ante la clase política que es por cierto la que tiene el recurso, el interés y el perfil para ello, ya que incluso ante este escenario cabe la pregunta de ¿alguien sabe con certeza qué hace su presidente municipal, o tan solo el nombre de su diputado local o federal, o de su senador? Ahora bien, ¿habrá el interés de la población de conocer del buen o mal desempeño de algún juez?, es más cabe otra pregunta, ¿es imposible conocer de los asuntos que por mandato constitucional se impide que los datos personales circulen sin control en el público?, entonces si además la ciudadanía está impedida de conocer del trabajo de los jueces, resulta ilógico que se circule cada uno de los asuntos para evaluarlos ante la sociedad. Y aún más allá, ¿cuántos se tomarán la oportunidad de leer los asuntos de cada candidato a juez o magistrado, sabrán de leyes, sabrán si estuvo bien o mal?

Sin duda estas preguntas develan la profunda ignorancia de la política pública de esta reforma, pues resulta impropio y totalmente inasequible.

Lo malo es que como dice AMLO va!