Francia 2024: La otra cara de los Juegos Olímpicos

En el contexto de un genocidio que ha dejado más de 40 mil palestinos fallecidos por la ofensiva militar que Israel emprendió en la franja de Gaza desde el pasado 7 de octubre de 2023, y la Guerra entre Rusia y Ucrania que comenzó el 24 de febrero de 2022, en otro lugar del mundo parece que no pasa nada aunque pase de todo, pues se intentó omitir la masacre y la barbarie que se vive en estos  países en guerra  para dar paso a los Juegos Olímpicos de Francia 2024, llevados a cabo entre el 26 de julio y el 11 de agosto. La justa deportiva sirvió como una especie de anestesia social que llevó a gran parte del mundo a centrar su atención en distintas competencias y así olvidarse de temas trascendentales que, una vez terminadas las olimpiadas, siguen ahí.

Para empezar, vale la pena hablar de la “limpieza social” realizada en Francia meses antes de iniciar los juegos olímpicos y con mayor intensidad unas semanas antes de la inauguración, donde más de 80 Organizaciones no Gubernamentales (ONG), acusaron al gobierno francés de remover a personas en situación de calle, personas que se dedican al trabajo sexual y principalmente inmigrantes, esto, con el objetivo de ofrecer una mejor vista a los turistas. Cabe señalar que los policías que llevaron a cabo los desalojos les ofrecían ser trasladados a refugios fuera de la capital, sin embargo, su temor era que al terminar los Juegos Olímpicos serían regresados nuevamente a la calle y sus campamentos habrían sido desaparecidos.

En lo que respecta a las competencias, con una longitud de casi 776 km, el río Sena nos recordó otro de los grandes problemas que se enfrenta actualmente a nivel global, la crisis medioambiental, pues de acuerdo con investigaciones y testimonios, el río siempre ha estado contaminado, aunque esto se acentuó desde el siglo XIX. En el año 1900 se utilizó para los Juegos Olímpicos y existen fotografías de pruebas de natación, no obstante, desde hace 100 años se prohibió que la gente nadara en él. 

París, al igual que muchas otras ciudades, tiene un sistema de alcantarillado combinado, donde tanto las aguas residuales como las pluviales fluyen por las mismas tuberías. Durante las lluvias intensas, estas tuberías se desbordan, vertiendo aguas residuales directamente al río Sena, lo que genera un olor desagradable y también contamina gravemente el agua, haciéndola peligrosa para cualquier tipo de contacto humano. Lo anterior, dio como resultado que varios atletas enfermaran tras nadar en el Sena y presentar infección gastrointestinal después de competir en las pruebas de triatlón. Por esta misma razón, la competencia se reprogramó del martes 30 al miércoles 31 de julio, ya que los niveles de contaminación registrados en el río eran muy altos, derivado de las lluvias que tuvieron lugar días antes de la competencia.

Pasando al tema de los patrocinios, lamentablemente hemos normalizado el hecho de que refresqueras o cerveceras patrocinen eventos deportivos que se supone que tienen como uno de sus propósitos; promover una vida saludable a través de la alimentación, pero resulta contradictorio que Coca-Cola con sus bebidas cargadas de azúcar, esté presente intentando venderse como una marca que procura una alimentación sana mediante sus productos.

Ante este panorama, más de 64 organizaciones a nivel global, crearon la campaña: “Saquemos a la Gran Industria de Bebidas Endulzadas del deporte”, con la cual comenzaron a recolectar en su sitio web, firmas para exigir que Coca-Cola, la refresquera más grande del mundo, deje de patrocinar los Juegos Olímpicos. Está documentado que el consumo de bebidas azucaradas como las que distribuye esta refresquera, es causante de enfermedades crónicas no trasmisibles que son una amenaza para la salud pública a nivel global.

La idea es que el Comité Olímpico Internacional, repiense con quien hace este tipo de colaboraciones y patrocinios, pues son marcas a las que se les da gran visibilidad pero que no necesariamente son ejemplo de salud y deporte. En este contexto, existen otro tipo de marcas que realmente están más alineadas con la promoción del deporte y que deberían ser tomadas en cuenta. Toda vez que, al promover un producto o una marca que no es sinónimo de saludable en un evento que sí lo es, resulta totalmente contradictorio.

El tema no es nuevo, pues Coca-Cola es la marca que más ha tenido este patrocinio en los Juegos Olímpicos, esto, desde 1928. Tener visibilidad en eventos de tanto alcance, hace que algunos adultos generen una mejor percepción de la marca y de manera posterior, no ven problemático que sus hijos o hijas consuman sus bebidas porque aparentemente se encuentra asociada al deporte, pero tener la frase “come frutas y verduras” o “haz deporte”, no la convierte en menos dañina.

En los últimos años, esta marca es la que más patrocinios directos ha ofrecido a los deportistas, incluso más que marcas como Adidas, Nike o Puma, que son marcas dedicadas a elaborar calzado y ropa deportiva.  Lo anterior, de acuerdo con Ana Larrañaga, investigadora en el Poder del Consumidor.

La campaña que hoy se ha expuesto en Francia, no solo expone los daños a la salud por parte de Coca-Cola, también los daños al medio ambiente. A nivel mundial, es la principal productora de botellas de plástico de un solo uso, y la numero uno en contaminación por plásticos. Finalmente, también existen señalamientos en el acaparamiento y explotación de cuerpos de agua, donde la población deja de tener acceso al vital líquido en diferentes países donde tiene presencia, pero la empresa trasnacional cuenta con el agua suficiente para producir sus productos.

El llamado es a la congruencia para que en próximas justas deportivas nacionales e internacionales, se busquen patrocinios con marcas que muestren un compromiso real con el cuidado del planeta, la salud y que se alineen a los valores olímpicos; promover un mejor mundo a través del deporte.

Los Juegos Olímpicos son más que eso, son un gran negocio donde el capital se hace presente. Es la oportunidad que tienen los diferentes países para mostrar su poder político y económico. Por otra parte, el deporte es un ámbito donde las marcas de clase son brutales, ya que existen disciplinas que no cualquier persona puede practicar, por ejemplo; el golf, la equitación, la gimnasia, el patinaje y hasta la natación.  Y que decir de los abusos que sufren las y los deportistas por parte de sus entrenadores, la presión a la cual son sometidos y los problemas de salud mental que derivan de ello.

Que contrastante que, en medio de un mundo en guerra, surjan los Juegos Olímpicos de Francia 2024, la máxima “celebración” deportiva. Sin embargo, lo que pasó en los Juegos Olímpicos es el reflejo de la sociedad que somos, donde el racismo y la discriminación también se hicieron presentes.

Estoy convencida de que nadie puede estar las 24 horas del día viendo imágenes de tanta desgracia como las que muestra una guerra, es humanamente imposible y tampoco es sano estar centrados en la parte horrorosa de la vida, pero que tampoco se romanticen las cosas y se deje de ver, la otra cara de los Juegos Olímpicos.