POLÍTICA AMBIENTAL

Por: Ing. Luis Eduardo Mejía Pedrero

EL INFORME BRUNDTLAND

El mundo moderno enfrenta un desafío sin precedentes: cómo satisfacer las necesidades de una población en crecimiento sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas. Este dilema, que se encuentra en el corazón de la sostenibilidad, fue abordado de manera significativa por el Informe Brundtland, titulado “Nuestro Futuro Común”, publicado en 1987. Este informe, elaborado por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de la ONU, presidida por la ex primera ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland, estableció las bases conceptuales y políticas para lo que hoy entendemos como desarrollo sostenible.

El Informe Brundtland surgió en un contexto de creciente preocupación mundial por los problemas ambientales y sociales. Durante las décadas de 1970 y 1980, la comunidad internacional comenzó a reconocer que el modelo de desarrollo económico basado en la explotación intensiva de los recursos naturales era insostenible. La degradación ambiental, la creciente desigualdad entre países y dentro de ellos, y la presión sobre los ecosistemas llevaron a la necesidad de un replanteamiento de los paradigmas de desarrollo.

La Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, establecida en 1983, tuvo como objetivo principal proponer estrategias a largo plazo para alcanzar un desarrollo sostenible al año 2000 y más allá. El informe resultante no solo puso de relieve la interconexión entre el desarrollo económico, la equidad social y la sostenibilidad ambiental, sino que también hizo un llamamiento a la acción global para abordar estos desafíos de manera conjunta.

Uno de los aspectos más influyentes del Informe Brundtland fue la definición de desarrollo sostenible como “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. Esta definición, que ha sido ampliamente aceptada y utilizada, subraya la necesidad de un equilibrio entre el crecimiento económico, la equidad social y la protección del medio ambiente.

El informe identificó que, para lograr un desarrollo sostenible, era necesario repensar las políticas económicas, sociales y ambientales a nivel global. Esto incluía un llamado a los países desarrollados para que redujeran su consumo de recursos y adoptaran tecnologías más limpias, así como a los países en desarrollo para que siguieran un camino de crecimiento que no replicara los errores del pasado.

El Informe Brundtland presentó varias propuestas clave para avanzar hacia un desarrollo sostenible: Integración de Políticas, Reducción de la Pobreza, Cambio en los Patrones de Consumo y Producción y, Cooperación Internacional.

El Informe Brundtland ha tenido un impacto duradero en la forma en que se aborda el desarrollo a nivel global. Su concepto de desarrollo sostenible ha sido incorporado en numerosos tratados internacionales, acuerdos ambientales y estrategias de desarrollo nacionales. También fue fundamental para la creación de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, que a su vez dio lugar a la Agenda 21, un plan de acción para el desarrollo sostenible.

Además, el informe sentó las bases para los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y, más recientemente, para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, adoptada por la ONU en 2015. Estos objetivos reflejan la visión del Informe Brundtland de un mundo donde el desarrollo económico, la equidad social y la sostenibilidad ambiental son inseparables.

PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE

Las inundaciones se están presentando de forma más frecuente y continuará pues faltan los 30 días con mayor precipitación en todo el año. Hay que estar pendientes de las alertas que emiten las autoridades.  Recuerden #SalvemosOjuelos.

Para mayor interacción los invito a seguirme en redes sociales Facebook: Ing. Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Instagram @mejiapedrero Twitter @cuencalerma