Ley y Realidad
Por: Iñigo Cantú
La Corrupción, una Bola de Nieve Imparable
En un pequeño municipio, un funcionario aceptó un soborno para agilizar un trámite. Lo que parecía un acto inofensivo desencadenó una serie de eventos que afectaron a toda la comunidad. Este es solo un ejemplo de cómo la corrupción, sin importar su tamaño, puede convertirse en una bola de nieve imparable.
La corrupción es el abuso de poder para beneficio personal. Puede manifestarse de diversas formas, como sobornos, malversación de fondos, nepotismo y fraude. Cada uno de estos actos, aunque parezcan pequeños, tiene el potencial de crecer y causar un daño significativo.
Un pequeño soborno puede parecer inofensivo, pero establece un precedente. Otros funcionarios pueden sentirse tentados a hacer lo mismo, y pronto, la corrupción se extiende. Este efecto, bola de nieve, no solo afecta a los involucrados directamente, sino que también socava la confianza en las instituciones y en el sistema de justicia.
Para el individuo que comete el acto de corrupción, las consecuencias pueden ser devastadoras. Además del riesgo de ser descubierto y enfrentar consecuencias legales, la persona puede sufrir una pérdida de reputación y confianza, tanto en su entorno profesional como personal.
La corrupción no solo afecta a los individuos, sino a toda la sociedad. Genera desconfianza en las instituciones, aumenta la desigualdad y frena el desarrollo económico. Los recursos que deberían destinarse a servicios públicos esenciales, como la educación y la salud, se desvían, perjudicando a los más vulnerables.
Un ejemplo claro es el caso de Brasil, donde el escándalo de corrupción conocido como “Lava Jato” reveló una red de sobornos y malversación de fondos que involucraba a altos funcionarios y empresas. Este caso no solo afectó la economía del país, sino que también debilitó la confianza de los ciudadanos en su gobierno.
La corrupción, sin importar su tamaño, tiene el potencial de crecer y causar un daño significativo. Es responsabilidad de cada uno de nosotros rechazarla en todas sus formas y promover la transparencia y la integridad en nuestras vidas y comunidades.
Como dijo el escritor José Saramago: “La corrupción es una enfermedad que se extiende y destruye todo a su paso”. Reflexionemos sobre esto y actuemos para detener esta bola de nieve antes de que sea demasiado tarde.
Creanme, el beneficio de hacer las cosas bien, sin necesidad de corrupción, de contratar a los verdaderamente aptos para los puestos tanto de gobierno como particulares y no permitirse “agilizar” trámites, es lo mejor que le podemos regalar a nuestra sociedad.
Es como sembrar un árbol, tal vez quien lo siembre no logre disfrutar de su sombra, pero seguramente nuestros hijos sí.
Parece que es un trabajo imposible, pero si todos ponemos nuestro granito de arena y hacemos las cosas bien, lo lograremos. Sé que muchos funcionarios crean leyes que fomentan la corrupción, pero también nuestra labor es detener esos embates.
@leyyrealidad en ig.