TURISMO Y PAZ
- Daniel Valdez García
- 15 julio, 2024
- Columnas
- 0 Comments
Sacerdote Daniel Valdez García15 de julio de 2024 (PARTE VII de XII)
- EL TURISMO FAVORECE EL INTERCAMBIO ENTRE LOS PUEBLOS
El ser humano está inmerso en un ámbito que llamamos cultura, lo cual comprende el imaginario, una diversa organización de tipo social, política, económica y hasta religiosa. Cada uno de esos aspectos es factor de desarrollo humano y turístico. Por ejemplo, México ocupa el sexto lugar en el ranking mundial de la ONU turismo[1].
El efecto social se refleja en el fenómeno turístico como oportunidad, impedimento o desafío. El ser humano es por naturaleza viajero y lo ha hecho desde las prehistoria aglutinado a favor de la supervivencia; del mismo modo el ser humano ha viajado para explorar, conocer e incluso intercambiar productos, bienes y/o servicios, las grandes culturas de Oriente y Occidente son muestra de ello. En los últimas décadas se suma una causa más, la migración como fenómeno mundial, y precisamente en ello está uno de los muchos peligros, se trata de deshistorizarse por motivos de huida y búsqueda de refugio que les impondrá condiciones que muchas veces terminaran por marginar o excluir[2].
El orden social y el bien común tiene que ver con la gobernanza de los pueblos, cuyas actividades comprenden una jurisdicción y una determinada población, así los gobiernos regulan el desarrollo turístico ante lo emergente, por ejemplo en Machu Pichu y en las zonas arqueológicas de México no se permite subir a las pirámides, también hay ciudades que han regulado el ingreso de turistas en temporada alta emitiendo un permiso[3].
Las perspectivas y tendencias económicas regulan las relaciones comerciales de los ciudadanos y de los extranjeros a través de moneda propia así como la posibilidad de cambio de tipo de moneda regulado y condicionado. La economía es un medio para conocer producto interno bruto, así como las divisas obtenidas mediante diversas actividades en el interior o exterior de la nación. La economía es un factor tan importante que muchas veces se deja el turismo en dicho rubro y de le deja fuera de otras aspectos como el desarrollo humano y comunitario[4].
En este conglomerado de relaciones, condiciones y determinantes de lo que es el factor cultural en sus diversas facetas nos encontramos con el ámbito religioso. El ser humano tiende a la trascendencia, en los principios y valores que le ofrece la religión encuentra dicha posibilidad, se trata de ir más allá de ritos, doctrina y normas favoreciendo el encuentro con la trascendencia. El ser humano encuentra en el turismo un aspecto religioso implícito o explícito, por ejemplo, en la India los agentes turísticos se retiraran para dar culto si son musulmanes o hinduistas, independientemente de las actividades que pudiera improvisar el turista, se trata de lo que se llama “religare”, es decir lo que le liga por convicción y no sólo por tradición. En el caso del cristianismo y la filosofía de vida llamada budismo tiene una mayor flexibilidad para cumplir con las obligaciones propias o ajenas de lo que le religa[5].
[1] Rankin Mundial del Turismo Internacional, Disponible en: http://www.datatur.sectur.gob.mx/SitePages/RankingOMT.aspx#:~:text=%E2%80%8BPrincipales%20resultados%E2%80%8B%E2%80%8B,ingreso%20de%20divisas%20por%20turismo.
[2] DEVOTO, F. (1992). “Movimientos migratorios: historiografía y problemas”, en Fundamentos de las ciencia del hombre, Centro Editor, Buenos Aires.
[3] Grünewald, Luis (2004), “La seguridad en la actividad turística. La percepción desde la óptica de la Demanda”, Ed. Instituto Panameño de Turismo –IPAT-, Programa Asistencia a Pequeños Hoteles OEA.
[4] Dwyer, L., Forsyth, P. y Dwyer, W. (2010) Tourism Economics and Policy. Channel View Publications.
[5] O’BRIEN, J. y PALMER, M. (2000): Atlas del estado de las religiones. Akal. Madrid.