GRILLANDO

Siempre seré un agradecido con Dios porque en los momentos más complicados de mi vida pudo conducirme por el camino correcto, pues después del fallecimiento de mi hermano IVÁN y cuando mi vida era un huracán por la adolescencia, estuve en mi querido Grupo III de los Scouts en la Ciudad de México, institución que comulgaba con lo que mi familia me había inculcado, por lo que pude fortalecer valores importantes como el honor, la lealtad, la honestidad y la fraternidad, entre otros, para trabajar en ser un buen ser humano.

Más adelante, cuando regresé a Toluca, mi director de la Facultad de Derecho y mi maestro de vida JOAQUÍN BERNAL SÁNCHEZ, me invitó a incursionar en el filosofismo, donde precisamente se aborda el mismo objetivo, trabajar en ser un buen hombre para servir dignamente a Dios, a mi familia y a México. Lo anterior, también lo hemos aplicado en el equipo Lagartos donde a través de los valores, fortalecemos nuestra calidad humana.

Por lo anterior, la maldad del ser humano siempre me va a sorprender, pues no puedo concebir a la gente desalmada, mala, asesina, violadora y que con toda la frustración anda viendo cómo jode al prójimo, algo que este fin de semana reflexionaba al ver el caso de otro presunto asesino serial de mujeres en la Ciudad de México, que fue detenido la semana pasada.

Conforme pasan los días, el caso de JOSÉ MIGUEL “N”, un químico de Iztacalco, nos sorprende, pues encarna la maldad y la locura, gente que camina en nuestras calles, que puede ser nuestro vecino y que bajo un perfil falso esconde a una personalidad criminal con la capacidad de hacer un daño enorme sin remordimiento.

Platicaba de este lamentable caso con mis amigos este fin de semana y les decía que más que nunca debemos cuidar a nuestras familias, pues la maldad, aunque a muchos nos sorprenda, está presente en todos lados, sin embargo, debe existir un equilibrio y ahí es donde entra la gente buena, que no puede ser simple espectador, que debe actuar y que debe contribuir a que nuestro planeta no se vaya al carajo.

Decía el gran luchador social MARTIN LUTHER KING, que no le estremecía la maldad de los malos, sino la indiferencia de los buenos, una frase poderosa y fuerte que nos conmina a estar atentos, a observar, a analizar y no permitir por ninguna razón que la gente mala haga de las suyas, lo anterior como una llama de esperanza de que podemos vivir en una nación mejor, más justa, equitativa y segura.

LA GRÁFICA DE HOY

Es de mi familia que vive en Ciudad del Carmen en Campeche, que lamentablemente hoy está de luto por el fallecimiento de mi tío SALOMÓN MATA SIERRA, por lo cual le mando mi más sentido pésame a través de estas líneas a mi tía “CHELA”, a mis primas DALILA, VIVIANA y CLAUDIA, y a los nietos y nietas de mi tío, que indudablemente deja un importante vacío en el corazón de su familia y seres queridos.

Pareciera que fue ayer cuando vivimos esas épocas de gran unidad familiar en torno a mi abuela doña DALILA SIERRA, semanas de vacaciones en las que disfrutábamos nuestra querida isla en la que mi tío siempre fue un gran anfitrión, una persona amable, bromista y de gran corazón.

Durante muchos años de su vida mi tío “MONCHI” se desempeñó como agente aduanal y trabajaba en el muelle de Ciudad del Carmen, a donde lo íbamos a ver junto con mi primo JUAN LUIS y siempre nos permitía vivir la aventura de subirnos a los barcos para después invitarnos la tradicional nieve o agua que nos refrescara del calor, momentos de grandes recuerdos que con su partida toman una mayor nostalgia.

Con gran tristeza hoy sus hermanas ARMIDA, MAVIS, DALILA y ROSA MARÍA lo despiden con el recuerdo de los bellos momentos que vivieron, aquellos que se construyen en vida, pero que perduran en el corazón y la mente de la familia y seres queridos.

Un abrazo hasta el cielo a mi tío “MONCHI” quien seguramente ya está con mis abuelos DALILA y SALOMÓN, hoy se transforma en un ángel para su esposa, mis primas y sus nietos y por ello, es que llevaremos su recuerdo con dolor a nuestra querida isla, con imágenes de espectaculares de atardeceres frente al mar y con su sonrisa que era un distintivo cada vez que llegaba a casa de mi abuela para hacernos bromas y darnos un fuerte abrazo.

Y VA DE CUENTO

Estaban dos amigos en una cantina cuando en eso uno de ellos, de nombre RICARDO AÑOVEROS, le dice a su amigo: ¿Qué crees, cabrón? Mi doctor me aconsejó que deje el futbol.

Impresionado, su amigo le pregunta: ¿Por qué? ¿Estás enfermo?

A lo que el buen RICHI le responde: No, porque me ha visto jugar.

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en Twitter en @pepenader y en [email protected]