GRILLANDO

Constantemente hablo de la incongruencia en las políticas públicas para garantizar la equidad y la justicia de género, incluso aquellas que en el papel están enfocadas en disminuir la violencia contra las mujeres, pero que en los hechos solo son letra muerta y demagogia, pues las instituciones encargadas de garantizar estos derechos no hacen su trabajo correctamente.

A nivel nacional, ha indignado el caso del juez JUAN MANUEL ALEJANDRO MARTÍNEZ VITELA, adscrito a los juzgados de Tlalnepantla y que después de un largo proceso, absolvió a un hombre acusado de abusar sexualmente de una niña de cuatro años en el Estado de México, bajo argumentos absurdos que solo reflejan la corrupción o ineptitud que impera con algunos jueces que lejos de hacer valer la Ley, se convierten en aliados de los delincuentes y criminales, algo que muchas veces les ha reclamado el propio presidente de México, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.

Cuando una mujer toma valor y denuncia ante las autoridades tiene que continuar su calvario ante la corrupción que impera, por ejemplo, en el Centro de Justicia para las Mujeres de Toluca de la Fiscalía General de Justicia de la entidad, el trato es nefasto, grosero y los “servidores públicos” que se supone deberían atender a la mujer agraviada operan a favor de los violentadores y criminales, algo que nos hemos cansado de denunciar con hechos, pero que sigue siendo latente.

Y después de este calvario, viene el de la aplicación de la justicia, donde vemos casos como el de la pequeñita de cuatro años en donde se ofende la dignidad de la mujer agraviada, pues no se aplica la Ley y mucho menos lo justo, algo que vemos en casos de feminicidios, violaciones, agresiones, pensiones vencidas y demás episodios negativos que la mujer mexicana sigue padeciendo a lo largo y ancho del país.

Así que antes de ponerse el moñito naranja o expresar el discurso demagógico, es importante que los gobernantes y quienes integran las instituciones de este país, respalden las políticas de equidad y justicia de género con hechos, pues la realidad es que aún siguen debiendo mucho por culpa del machismo y la corrupción que tanto lacera en México.

LA GRÁFICA DE HOY

Es una de esas fotografías que te generan una sonrisa y que tomó JAIME ARRIAGA en una avenida de la capital mexiquense, donde de plano el conductor avisa que está aprendiendo a manejar y que le tengan paciencia, lo anterior para evitar a las y los histéricos del volante que son comunes en nuestra ciudad.

Y es que, como lo comento constantemente, vivimos en una de las zonas urbanas con una cultura vial que es de las peores en el país, ya que nuestras calles y avenidas están llenas de cafres, gandallas y gente sin educación que maneja de forma peligrosa, principalmente camioneros y taxistas colectivos que siguen contribuyendo a que el Valle de Toluca sea una jungla de asfalto.

Ojalá que la Secretaría de Seguridad que encabeza ANDRÉS ANDRADE TÉLLEZ pueda implementar una campaña de cultura vial en el Estado de México, principalmente en las zonas urbanas como la nuestra, donde de la mano de los Ayuntamientos, se tienen que llevar medidas a cabo para que la gente entienda que no podemos seguir manejando como locos, que es fundamental conducir de forma responsable y segura, algo que evitaría accidentes y tragedias como las que lamentablemente diario se suscitan.

Y VA DE CUENTO

Paseando por el cementerio, a un hombre le llamó la atención una lápida que decía lo siguiente: Aquí yace Vicente, que vivió cien años y murió a los veinte.

Sin entender lo que aquella frase quería decir, le preguntó al encargado del cementerio quien le dijo: Lo escribí yo. Era un chico joven, de unos veintitantos, que un día se sacó la lotería y empezó a salir con muchas chicas, luego se aficionó a la bebida, más tarde a las drogas, luego a las prostitutas y a los veintitantos murió, por eso le puse aquello…

El hombre le dice: Esto está muy bien, ¿usted sabe quién me podría escribir algo así en mi lápida cuando fallezca?

Y el encargado le dice que él, pero primero le hace un cuestionario: ¿Usted trabaja?

– Sí, entro a las 7 de la mañana y me acuesto a las 0:00, más o menos.

– ¿Usted bebe?

– No, no me gusta el alcohol.

– ¿Usted sale con alguna chica o está casado?

– No, el trabajo absorbe casi todo mi tiempo.

– ¿Usted consume algún tipo de droga?

– No, no me van esas cosas.

– ¿Cuál es su nombre?

– EMETERIO.

– ¡Muy bien!, ya tengo su inscripción.

– ¿Cuál es?

– ¡Aquí yace EMETERIO, de la panza de su madre al cementerio!

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en Twitter en @pepenader y en [email protected]