Un 25 de noviembre más
- Elva María Maya Marquez
- 22 noviembre, 2023
- Columnas
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Avanzar un paso y retroceder dos, así ha sido la lucha de las mujeres, la cual comienza antes de que salga el sol y hace una pausa cuando este se ha ocultado, pues la deuda es tan grande que la batalla se debe dar todos los días, sin descanso, cada vez más firmes y convencidas de que no hay marcha atrás, pues lo que se ha ganado es insuficiente y en un descuido nos pueden hacer retroceder como sucedió en la pandemia.
Nosotras no podemos equivocarnos, no podemos titubear, debemos prepararnos más y ganar menos, ya que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el ingreso trimestral promedio para las mujeres es de 19 mil 081 pesos, mientras que para los hombres es de 29 mil 285 pesos, es decir, una diferencia de 10 mil 204 pesos, inadmisible.
Pero esto se pone peor, pues con base en esta misma encuesta (levantada del 21 de agosto al 28 de noviembre de 2022 y publicada en julio de este 2023), las mujeres con posgrado ganan en promedio 73 mil 525 pesos trimestrales, mientras que los hombres con el mismo nivel académico —posgrado—, obtienen 106 mil 412 pesos, la diferencia es de 32 mil 887 pesos.
Otro ejemplo que se puede citar es lo que sucede en el mundo deportivo, de manera particular en el fútbol femenil, donde hay jugadoras que ganan 2 mil 500 pesos mensuales, 3 mil 500 y se habla de un promedio de 7 mil, lo cual está muy lejos de los 650 mil pesos mensuales que llegan a ganar los futbolistas de primera división, y falta sumar el tema de los patrocinios.
Los salarios son variados entre los futbolistas, y es importante aclarar que también dependerá del club al que pertenezca, pero aun con ello, no hay punto de comparación con el de las mujeres, pero ¿Cuál es la justificación? ¿A partir de que parámetros se decide que, ante una misma actividad, profesión o grado académico, las mujeres percibirán menores ingresos? Es terrible pensar que la respuesta es, “por ser mujer”, por nacer con un sexo que no se elige, pero que la sociedad en algún punto asumió que al contar con ciertas características físicas y biológicas, se le ofrecería un catálogo menor de oportunidades y estaría destinada a un pequeño listado de actividades al salir del ámbito privado (el hogar).
En vísperas de conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, este próximo 25 de noviembre, es necesario reflexionar de manera seria en el papel de las mujeres, hoy, se ha dado un paso adelante para reconocer que no se puede hablar de violencia, sino de violencias, ya que esta no se limita a la marca que deja un golpe, también “nos pega” directamente en el bolsillo y se llama violencia económica, la cual de acuerdo con la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; “se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral”.
Pero este problema tiene su origen en otro tipo de violencia, la violencia de género, que de acuerdo con esta misma Ley, “hace referencia a cualquier acto u omisión dañino dirigido contra una persona o un grupo de personas en razón de su género (…) La violencia de género contra las niñas, adolescentes y mujeres, involucra tanto a las personas como a la sociedad en sus distintas formas y organizaciones, comunidades, relaciones, prácticas e instituciones sociales y al Estado que la reproduce al no garantizar la igualdad (…) y al no dar garantías de seguridad a las mujeres. La violencia de género se ejerce tanto en el ámbito privado como en el público manifestándose en diversos tipos y modalidades”.
En pleno siglo XXI, con marcadas resistencias, se intenta legislar en materia de igualdad salarial con el propósito de establecer un salario base no solo para las mujeres que juegan fútbol, sino para todos aquellos y aquellas que practican algún deporte de manera profesional. Es hora de que nuestros atletas de alto rendimiento puedan vivir de esto, que dejen de estar a expensas de las migajas que se les da y que el reconocimiento solo se dé en momentos clave y después, el apoyo desaparezca.
La iniciativa tiene un objetivo claro, combatir la desigualdad entre hombres y mujeres en el deporte y combatir el acoso y la violencia que han vivido las deportistas, no obstante, por miedo a perder lo poco que tienen, no se atreven a denunciar y para muestra, lo que se vive en este momento, donde ninguna de las jugadoras ha brindado alguna declaración al respecto.
La presidenta de la Liga MX Femenil; Mariana Gutiérrez, se manifestó en contra de esta iniciativa por medio de una carta dirigida a las y los senadores en la que asegura que por ahora no es viable un aumento salarial ¿Cuándo lo será? ya que podría poner en riesgo la organización de la Copa del Mundo de 2026 y la propuesta del Mundial Femenil en 2027. En la carta, la presidenta solicitó a los senadores no votar el dictamen hasta tener un parlamento abierto con las jugadoras, pero el dictamen fue aprobado. Esperemos que la iniciativa cuente con el respaldo por parte de la Cámara de Diputados y que este 25 de noviembre sea un recordatorio de lo mucho que falta por avanzar en el tema de la eliminación de la violencia contra las mujeres.