SIN TON NI SON
- Francisco Javier Escamilla
- 14 septiembre, 2023
- Columnas
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Septiembre: mes de sismos; hace unos días en Marruecos y en repetidas ocasiones en nuestro país. Bajo esta reflexión voy a abordar un tema histórico, científico y filosófico acerca de un terremoto que cambió varios aspectos de la sociedad y la convivencia humanas.
El Gran Terremoto de Lisboa. El 1 de noviembre de 1755, un evento catastrófico sacudió la ciudad de Lisboa, Portugal, y dejó una marca indeleble en la historia europea; este evento, conocido como el Gran Terremoto de Lisboa, no solo causó devastación inmediata en la ciudad, sino que también tuvo un profundo impacto en la forma en que la sociedad europea de la época comprendía la naturaleza y la religión. Con una magnitud estimada de 8,5 a 9 en la escala de Richter, este terremoto y sus consecuencias son dignos de un análisis más detenido.
El Terremoto y sus Estragos. La mañana del 1 de noviembre de 1755 comenzó con una misa de Todos los Santos en Lisboa, sin embargo, alrededor de las 9:40 a.m., un violento terremoto sacudió la ciudad, haciendo que iglesias, edificios y casas se derrumbaran, dejando una gran parte de la población atrapada bajo los escombros. El terremoto fue seguido por una serie de tsunamis que inundaron partes de la ciudad y, finalmente, por incendios que arrasaron lo que quedaba en pie. Las consecuencias fueron devastadoras, se han realizado estimaciones de que murieron alrededor de 100,000 personas en Lisboa, y la ciudad quedó prácticamente en ruinas; además, el terremoto se sintió en gran parte de Europa, y se registraron daños en Marruecos y en las colonias portuguesas en América y África.
El Impacto en la Sociedad y la Filosofía. El Gran Terremoto de Lisboa tuvo un profundo impacto en la sociedad y la filosofía de la época, ya que en una Europa dominada por la Iglesia Católica y la creencia en un Dios misericordioso, el desastre planteó preguntas profundas sobre la naturaleza del sufrimiento humano y la justicia divina; algunos filósofos y pensadores de la Ilustración, como Voltaire, argumentaron que el terremoto era evidencia de la falta de sentido en un mundo gobernado por un Dios benevolente.
Este evento también llevó a un aumento en el interés por la ciencia y la ingeniería, ya que la reconstrucción de Lisboa requería conocimientos avanzados en ingeniería y urbanismo, además, se estableció la necesidad de un sistema de medición más preciso para futuros eventos sísmicos, lo que contribuyó al desarrollo de la sismología como ciencia.
Después del terremoto, comenzó un ambicioso proyecto de reconstrucción en Lisboa. El Marqués de Pombal, el primer ministro de Portugal en ese momento, lideró los esfuerzos para reconstruir la ciudad de manera más planificada y resistente a los desastres naturales, promulgó una serie de reformas que incluían la reorganización de las calles, la implementación de códigos de construcción más estrictos y la construcción de edificios públicos más seguros.
El Gran Terremoto de Lisboa dejó un legado duradero en la historia de Portugal y Europa. No solo impulsó la reflexión filosófica sobre el sufrimiento y la religión, sino que también llevó a mejoras significativas en la infraestructura y la planificación urbana de Lisboa. Además, marcó el comienzo de la sismología como ciencia y fomentó el interés en el estudio de los terremotos en todo el mundo.
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