GRILLANDO

Bien decía BENITO JUÁREZ, que el respeto al derecho ajeno es la paz, frase poderosa pero que en una sociedad tan polarizada como la nuestra pareciera que se ha olvidado y por ello es que vemos que la violencia y agresiones son la constante en todos lados, algo que genera un clima negativo que nos ha robado calidad de vida.  

Sin embargo, mucha de esa violencia la vemos en redes sociales, que es una extraordinaria herramienta de la tecnología, pero que tiene su cáncer en la desinformación y en la gente que agrede, señala, violenta y ofende, a otra persona sin ni siquiera conocerla.  

Precisamente la semana pasada el joven comunicador SAULO, que es una de las personas que maneja las redes sociales de El Valle, me mandaba un video de un diputado de la tercera edad al que se le habían caído los pantalones y le comentaba que por ninguna razón se consideraba ese tipo material toda vez que avergonzaba y humillaba a un ser humano, inclusive ese suceso que sufrió el diputado ha servido para que nuevamente se hable del tema de sancionar legalmente el bullying cibernético.  

Para muchos, parecerá absurdo, pero después de ver lo que en redes sociales ha ocasionado el tema de la película “Barbie” y lo miserable que son muchas personas que desde la comodidad de su hogar y a través de sus dispositivos móviles se sienten con el derecho de juzgar, ofender, humillar y pisotear a otras personas por el simple hecho de pensar diferente a ellos.  

Veía la historia de un joven que emocionado y vestido de rosa fue a ver la película, sin embargo, a una página de Facebook se le hizo fácil burlarse de él y no había terminado la película cuando ya era tendencia negativa y estaba siendo atacado por infinidad de imbéciles que ni lo conocían, un ejemplo del daño que hace el rencor, la frustración y la amargura de algunas personas que sacan lo peor de su miserable ser en redes sociales.  

Sabemos que los juzgados se llenarían de estos enfermos, sin embargo, algo se puede hacer, que las policías cibernéticas los ubiquen y sean notificados, ya si reinciden, pues aplicarles todo el peso de la Ley, ya que las redes sociales no pueden seguir siendo tierra fértil de delitos, de crímenes y mucho menos de tanto odio por parte de aquellos a los que se les hace “chistoso” joder a los demás.  

LA GRÁFICA DE HOY  

Es de la desviación que se debe tomar en la autopista de Tenango-Ixtapan de la Sal, pues desde meses están arreglando un tramo que nada más no queda, ocasionando que el tránsito se limite a dos carriles, eso sí, el cobro en las casetas es completo, aunque el servicio sea malo.  

La gráfica que tomó ayer mi amiga SANDRA EMILIA LARA, nuevamente refleja el enorme abuso que los concesionarios cometen de la mano de las autoridades, pues es una autopista que siempre está en construcción e insegura, el ejemplo lo tenemos en esta desviación donde las vallas de plástico que dividen los carriles están rotas y mal acomodadas, representando un peligro para quienes circulan en la misma.  

La autopista de 42.7 kilómetros y que tiene un costo de 132 pesos en su recorrido total, es decir, 264 por la ida y la vuelta, está concesionada a la empresa Autopista Tenango-Ixtapan de la Sal, S. A. de C. V., y por Operadora Metropolitana de Carreteras, S. A. de C. V., empresas donde está la mano de uno de los hombres más ricos de México, el señor CARLOS SLIM, a quien de forma irónica no le preocupa prestar un servicio seguro y de calidad para quienes usamos esa vía de comunicación.  

Así que esperemos que las autoridades tanto estatal como federales se den una vuelta por esta autopista, chequen las condiciones en las que está operando y los riesgos que se corren por la imprudencia de los concesionarios, algo que insisto, no corresponde al cobro que hacen, pues su servicio es de pésima calidad y además pone en peligro la vida de las personas.  

GRILLANDO

Y VA DE CUENTO  

Dos presos escapan una noche de la cárcel por un desagüe del patio, pero se pierden dentro del entramado de las alcantarillas y empiezan a dar vueltas, sin embargo, en la mañana y con el uso de los baños el nivel de las cloacas empieza a subir y los presos se alarman, por lo que uno de ellos, de nombre ALDO ADAYA, dice: Oye, ¿tú sabes rezar algo?  

Y el otro, de nombre RENÉ PLIEGO, le contesta: ¡No! Nunca he rezado.  

Siguen buscando una salida en vano, y al cabo de media hora el agua y las heces les llegan hasta el cuello, a lo que vuelve a preguntar ALDO: Entonces… ¿No sabes rezar nada de nada?  

RENÉ le dice: Ya te he dicho que no, nunca he ido a misa.  

Después de un rato el agua, cada vez más espesa y sucia, les llega a la barbilla, a lo que vuelve a preguntar ALDO: ¿Pero de verdad no se te ocurre nada en absoluto?  

Entonces responde RENÉ: Pues mira… Ahora que lo pienso, cabo de acordarme de una cosa… ¡Señor, bendice estos alimentos que vamos a tomar!